El profesor Alonso da otra clase magistral

Cuando no hay nada que demostrar o que perder, sólo se puede ganar. En esa situación está Fernando Alonso. Pase lo que pase en los años que le queden en su vuelta al 'gran circo', nadie le va a quitar esos dos Mundiales que logró con Renault, ni las 32 victorias en gran premio. No le hace falta marcar territorio ante nadie, ya que tanto los veteranos como los jóvenes le respetan y admiran, no siempre, pero casi, a partes iguales.

Un día después de esas dos vueltas que ya son historia de la Fórmula 1, posiblemente de las más emocionantes de los últimos tiempos, muchos nombres están entre la lista de los que salieron vencedores. Los obvios son Sergio Pérez con su primera victoria para Red Bull, Sebastian Vettel que se reivindicó con su primer podio con Aston Martin (y mantiene su racha ininterrumpida de subir al cajón, al menos, una vez desde 2008) y Pierre Gasly, que sigue sumando en el equipo 'B' más de lo que jamás hubiera soñado en el 'A'.

Tres posiciones por detrás del cajón, sólo tres, acabó Fernando Alonso. Cuando cruzó la meta en sexta posición estaba exultante, sonriendo como antaño. Sabía que había hecho una faena de salida a hombros y puerta grande, en una plaza que se está ganando el sitio en el calendario a base de grandes carreras. Bakú dejó una actuación para la historia de los 'highlights' de la carrera del asturiano, que conviene repasar de manera pormenorizada.

Segunda parrilla de salida. Solo dos vueltas por dar. Alonso, décimo: por delante a su derecha Daniel Ricciardo; enfrente, Carlos Sainz. Dos pilotos más jóvenes, con coches más potentes y de una generación que le mira ya como una vieja gloria. Con admiración, pero con condescendencia. Se apagan los semáforos y Alonso enfila el alerón trasero de Sainz, que intenta cubrir a Ricciardo. El de McLaren claudica apenas pisar la primera curva, y se quedan en la siguiente recta los españoles. Sainz cae (esos neumáticos fríos le costaron muy caro) y Alonso se olvida de su amigo: ya saborea el siguiente adelantamiento. Intuye a Norris y a Tsunoda luchando entre ellos y cocina en dos giros más el adelantamiento: el de McLaren, que fue probador suyo (y compañero en las 24 horas de Daytona) está muy lejos ya, pero no así el novato de AlphaTauri. Tsunoda, que creció viendo a Alonso en Suzuka, resiste una curva, mientras ve cómo su ídolo le arrebata la sexta posición por fuera y de manera impecable. El vídeo ha sido uno de los más compartidos en las redes sociales desde que acabó la carrera domingo, y con razón.

Fernando Alonso siempre ha sido un piloto sobre el que conviene fijarse en los primeros metros. Desde sus tiempos en Minardi ya demostró unos reflejos fuera de lo común, una capacidad para las salidas innata, que le permite paliar sus pequeñas dificultades en la clasificación. Si a eso se une un buen trabajo técnico por parte del equipo, todo sale bien.

Aunque no fue un día perfecto para Alpine (Ocon abandonó por una avería que tendrán que estudiar en estas semanas hasta la cita en Paul Ricard), sí demostraron que una de las grandes virtudes a destacar del A521 es precisamente el sistema de salida. Alonso lo confesaba tras la carrera: «La gente del equipo, chicos del equipo, ha hecho un gran trabajo. Desde hace ya 3 o 4 Grandes Premios siempre estamos en el Top 3 entre los que salimos juntos y eso ayuda».

El mejor resultado de Alonso desde que ha vuelto a la F1 es este sexto puesto. No será fácil romper ese techo, pero ni mucho se puede considerar imposible. Solo necesita una pizca de suerte, un coche que funcione y un circuito propicio. Lo demás, llámese magia o simplemente talento, ya lo pone el profesor Alonso.