Sainz acaba con su maldición en Baréin con una remontada épica

Fue una carrera que, además del terrible susto de Grosjean, dejó otra imagen nada más reanudarse la prueba. Daniil Kvyat, que ya había sido con quien el francés se había tocado tras su choque, se llevó por delante a Lance Stroll y este acabó volcado. Un susto, mucho menos que el del piloto francés de Haas, pero que provocó un nuevo coche de seguridad, que no sería el último.

De todos estos incidentes salió indemne Carlos Sainz. El madrileño no había puntuado en sus cinco visitas a Baréin y esta vez lo logró a lo grande, con una remontada épica con la que olvidó el abandono en la clasificación. Del decimoquinto de parrilla al quinto en meta, el español estaba razonablemente contento (aunque con el susto por Grosjean) por una gran actuación, en la que adelantó a pilotos como su próximo compañero Charles Leclerc, Valtteri Bottas (otra carrera, otra decepción) o los Renault, rivales directos de McLaren por el tercer puesto que ataron tras esta prueba.

Sainz admitía incluso que le había sabido a poco porque podría haber peleado con Norris por el cuarto… o quizá algo más. Y es que, otra vez, en boxes le perjudicaron. Es el gran talón de Aquiles de McLaren. «Se me queda un pelín el sabor agridulce. Con un 'pitstop' mejor y un mejor timing de las paradas se podría haber luchado con Lando, pero ahora no me voy a quejar. Ha sido un día muy bueno para todo el equipo, pero cuando ves el cuarto ahí a tres segundos te queda ese saborcillo», reconocía.