Secciones
Servicios
Destacamos
David Sánchez de Castro
Jueves, 23 de febrero 2023, 19:11
Cualquier aficionado español firmaría con los ojos cerrados que la primera carrera del año acabara como el primer día de la pretemporada de Fórmula 1. Fernando Alonso, que estuvo solo por la tarde en labores de pruebas, no tuvo muchos motivos para sonreír en los ... primeros momentos, pero luego supo cómo darle la vuelta a la situación en una jornada de trabajo en la que los arriesgados cambios de Aston Martin con respecto a 2022 han pasado factura pero que, visto lo visto, pueden haber merecido la pena.
Tanto por la mañana como por la tarde, el coche verde fue el que más tardó en hacer una vuelta cronometrada. Más allá de los tiempos logrados, que en los test son absolutamente irrelevantes, no es una buena noticia que en Aston Martin tuvieran una avería por la mañana y que hubiera que revisar el fondo plano por la tarde, mientras otros equipos como Red Bull o Ferrari gozasen de una plácida jornada según el plan previsto. También entraba dentro de lo previsible que fuera Max Verstappen el primero, tanto en tandas largas como en cortas y en vuelta rápida, y se diera un atracón de 157 giros. El campeón del mundo y su coche parten como grandísimos favoritos, algo que en la primera muestra del coche real (hasta el momento solo se había visto un híbrido entre el RB18 del año pasado y el nuevo RB19) han confirmado.
Felipe Drugovich, el probador de Aston Martin, fue el que hizo debutar el AMR23 en pista. El brasileño sustituye a Lance Stroll, que se rompió el brazo mientras iba en bici en España, y habrá que ver si está también en la primera carrera del año. Por ello, necesita dar vueltas y adaptarse a la F1 cuanto antes, dado que quizá pese sobre él además de sobre Alonso la responsabilidad de puntuar en la primera carrera del año. Por eso fue especialmente crítico lo que le ocurrió a primera hora del día: después de dar unas pocas vueltas de instalación, con la parrilla de sensores de medición anclada en la trasera del monoplaza, se quedaba tirado por una avería eléctrica. Una hora perdida hasta que lo arreglaron y sudores fríos en el box.
«Esta tarde debería ir mejor la cosa», se escuchó en perfecto castellano en el box de Aston Martin por la tarde, con una inocencia casi tierna. Nada más lejos: Alonso solo había dado una vuelta de formación a pista cuando, al regresar a boxes, sus propios mecánicos rompieron el fondo plano del Aston Martin al bajarlo del gato y tuvieron que repararlo. El asturiano se tuvo que quedar en el muro mirando con cara seria y una cierta impaciencia a que sus avergonzados mecánicos acabasen de reparar el entuerto y le dejasen salir a rodar.
La impaciencia hizo que el propio Alonso se pusiera a revisar las zonas donde habían puesto el epoxi, el pegamento industrial que se usa para este tipo de reparaciones, para comprobar que estaba todo correcto antes de volver a pista, hora y media más tarde de lo previsto. Un surrealista problema con el que no contaban y que no es, ni mucho menos, lo que se esperaba.
Pero Alonso tiene ya cicatrices en este tipo de guerras. Bien hubiera querido que todo lo que le ocurrió en la McLaren Honda de aquellos infames años hubiera podido arreglarse con un poco de masilla y paciencia, así que en cuanto el coche estuvo al tanto, se puso manos a la obra. Dio un total de 60 vueltas (más que, por ejemplo, su excompañero Esteban Ocon, que se quedó en 53 y antepenúltimo), alternó tandas cortas y largas y logró un mejor crono a solo 29 milésimas del tiempo logrado por Verstappen.
No todo son buenas noticias en Aston Martin. A esas averías hay que añadir que fueron los segundos con menos vueltas de la parrilla, 100, solo unas pocas más que McLaren. Y con solo tres días de entrenamientos, rodar poco se puede notar.
Sea un problema de diseño, sea un truco que nadie vio venir, el debut del SF23 de Ferrari con Carlos Sainz al volante dejó una imagen muy comentada: el morro se abolla. Literalmente, cuando el monoplaza rojo cogía alta velocidad en las rectas del trazado de Sakhir, la parte delantera del morro se hundía para recuperar su forma habitual en zonas de baja velocidad.
Un detalle que, sin embargo, no empaña la completa jornada que ha tenido Ferrari para empezar la pretemporada. El crono matutino de Sainz le permitió acabar el día con 72 vueltas y el tercer tiempo de la sesión, mientras que Leclerc rodó 64 y marcó el 4º crono, pero prácticamente a centésimas del madrileño. Todo en orden en la Scuderia, que además decidió prescindir de un lastre hasta el año pasado, su responsable de estrategia, para este 2023. El español Iñaki Rueda dejará de estar en el muro para irse a Maranello a otras funciones. Se nota ya la mano de Vasseur.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.