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David Sánchez de Castro
Lunes, 3 de abril 2023, 11:12
Quien visite la cuenta de Twitter oficial de la Fórmula 1 verá que el encabezado no tiene al ganador del tumultuoso Gran Premio de Australia como protagonista, ni siquiera como secundario. La imagen elegida por la competición es de los hombres que quedaron segundo y ... tercero en ese histórico podio en el que se sostenían 11 campeonatos del mundo. La foto en cuestión es de Fernando Alonso mirando a los ojos a Lewis Hamilton, con su mano en el hombro, felicitándole por regresar al podio.Es el duelo que todos quieren ver. La lucha definitiva entre dos viejos leones, los de mayor edad de la parrilla y posiblemente los últimos de la generación de los primeros 2000 que ven cómo su tiempo se acaba pero a los que aún les sobra coraje y ganas para un último rugido. Y es que vuelven a verse las caras, y esta vez por algo grande, Lewis Hamilton y Fernando Alonso, protagonistas de una de las temporadas más emocionantes de la historia como compañeros, rivales y enemigos que lograron que sus nombres fueran de las familias de medio mundo por aquella genial obra de 2007, que no tuvo más actos porque el español decidió asumir un camino distinto.
Ultimate respect 👊@alo_oficial 🤝 @LewisHamilton #AusGP #F1 pic.twitter.com/Ryd331BAmA
— Formula 1 (@F1) April 2, 2023
El relato se cuenta solo y en un momento en el que la Fórmula 1 ha sabido construir su base de nuevos fans en torno al culebronesco 'Drive to Survive' de Netflix. Esto es lo que necesitaban. Mientras Max Verstappen apenas aparece en pantalla porque apenas tiene problemas para ganar de manera aplastante (sale de las primeras tres carreras del año con 69 puntos, 15 más que su compañero Sergio Pérez), por detrás hay mucho que decir. Las vicisitudes de la caótica carrera de Australia propiciaron que Alonso se convirtiera en una pesadilla para Hamilton, como antaño, durante prácticamente 30 vueltas, una pelea en la que el español supo jugar sus cartas buscando un posible error del británico. No salió, pero no porque no lo intentara.
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«Intenté forzar el fallo de Lewis durante toda la carrera, pero pilotó fantásticamente bien, como el campeón que es, y no erró», admitía Alonso después de una carrera en la que un error de Carlos Sainz (matizado por la actuación de la FIA y por los condicionantes de los neumáticos fríos, pero error al fin y al cabo), estuvo a punto de costarle romper la racha de podios con la que ha comenzado 2023. La última vez que Alonso sumó tres podios seguidos fue en 2013.
Hamilton y Alonso son conscientes de que esta batalla tarde o temprano acabará con chispas. Es inevitable. Son dos luchadores con una competitividad innata que no saben cómo perder después de haber disfrutado mucho de ganar. Aquel viejo anuncio en el que corrían el uno contra el otro para llegar primero al ascensor fue, posiblemente, menos caricaturesco de lo que se vendió.
El que gane tendrá también que hacerlo desde el punto de vista psicológico. Cualquier resquicio que deje uno al otro será como abrirle la puerta en una curva, una excusa perfecta para adelantarle. Por eso, Alonso se despachó a gusto contra Hamilton en la semana previa a la carrera en Melbourne, en una entrevista en L'Equipe muy comentada. «Con un coche normal se nota que Lewis tiene debilidades. Es el piloto con más poles de la historia y George Russell le gana 2-0 en la clasificación esta temporada…», le tiró el dardo (entre otros) el asturiano. La respuesta de Hamilton fue recordar, precisamente, la primera carrera que compartieron juntos, el GP de Australia de 2007, en la que desde la misma salida casi tienen un toque.
Este tipo de actitudes y declaraciones no son más que juegos mentales que tanto uno como otro saben usar. Alonso y Hamilton se toparán en pista en lo que resta de temporada más que probablemente, dado que el Aston Martin es un coche que ha demostrado que ya no es un espejismo, sino que está para pelear por podios carrera tras carrera. Por su parte, y a la espera de comprobar en qué consiste ese presuntamente radical cambio que el W14 va a implementar a partir de la cita de Azerbaiyán, Mercedes también estará en el 'top 5' como firme candidato.
Esta puede ser, además, una de las últimas oportunidades que haya de ver a dos gigantes como Alonso y Hamilton luchar por objetivos grandes. Al español le quedan dos o tres años a lo sumo, y al británico prácticamente lo mismo. Si la Fórmula 1 vive un momento dulce ahora mismo, solo le falta la guinda de que los dos héroes de la mitología moderna del automovilismo vuelvan a verse las caras.
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