Alonso da a luz los primeros puntos del año

Alonso se subió a un McLaren que no aspiraba a mucho más que a un décimo puesto para conseguir un sexto que sabe a victoria. La escudería británica sólo contaba con un punto hasta el momento y salió de Rusia con nueve más, los ocho sumados por el piloto español y el que arañó 'in extremis' Jenson Button. Los brotes verdes que han surgido en el inhóspito circuito de Sochi no se esperaban ni mucho menos y aunque tapan en parte las carencias de McLaren, el contexto ayudó.

La clave de la carrera (a excepción de la victoria, que esa fue de Nico Rosberg prácticamente desde que amaneció en Rusia) estuvo en la segunda curva de la primera vuelta. Daniil Kvyat y Sebastian Vettel están empezando a gestar una de esas rencillas que dan mucho juego en la Fórmula 1. Si en China ya se las tuvieron por un toque, en Sochi han vivido un segundo asalto. El piloto local de Red Bull salió muy ufano directo a repetir el podio del año pasado, cuando se encontró de frente al Ferrari del tetracampeón. En un alarde de optimismo, como en Shanghái, entendió que no hacía falta frenar atrás, sino que le valía con tirarse al pico de la segunda curva y esperar a que no hubiese nadie delante. El problema es que sí lo había: Vettel estaba bregando por engancharse al trío de cabeza cuando Kvyat le embestía dos veces y le mandaba directo al muro. Entre blasfemias e insultos, el de Ferrari cogía el alerón de su coche y se iba en una scooter al 'box' a seguir viendo la carrera por la televisión. El 'stop&go' con el que castigaron a Kvyat fue un escaso consuelo para un Vettel que llegó a ir a pedir explicaciones a su antiguo equipo.

Alonso supo esquivar estos problemas y el anuncio del coche de seguridad virtual sirvió a la perfección para enfriar los ánimos y permitirle asentarse en una zona templada que no abandonó en toda la carrera. Hasta se permitió el lujo de cambiar el mapa motor para divertirse un rato, según confesó por radio.

Mientras por delante Rosberg se escapaba, Lewis Hamilton comenzaba la otra gran remontada del día, que culminó en una segunda plaza que sabe a poco. Este resultado es el máximo posible de un Gran Premio que se le había complicado mucho ya desde el sábado. Hamilton pronto demostró que los Williams, en concreto el de Bottas, no iba a ser rival suficiente para él y Räikkönen suficiente hizo con aguantar el tercer puesto. El tricampeón empezó a perseguir a su compañero en la recta final de la carrera cuando una oportuna llamada por radio le avisó de un misterioso problema en la bomba de agua que, más misteriosamente aun, se arregló solo. Que haya sido una orden de equipo encubierta o no, esto sólo lo saben en el muro de Mercedes.

Sainz y Rusia no se llevan bien

Para Carlos Sainz no fue una carrera para recordar. El piloto madrileño se vio afectado por los incidentes de la salida, pero no los de Vettel y Kvyat, sino los que provocó Esteban Gutiérrez con Nico Hülkenberg y Rio Haryanto (ambos abandonaron). Sainz cuajó una carrera agresiva y con opciones, siempre rondando del octavo al undécimo puesto, pero también sufrió la dureza de los comisarios. En su pelea con Jolyon Palmer echó fuera de pista al de Renault, lo que los jueces entendieron como ilegal, por lo que castigaron al español con diez segundos de penalización.

No obstante, no fue eso (o no únicamente) lo que privó a Sainz de un mejor resultado. Desde el muro de Toro Rosso no llevan una temporada muy acertada y esta vez apostaron por dejar al madrileño con el mismo compuesto de neumáticos durante mucho tiempo. Esto sólo provocó que diera casi 15 vueltas de más con las gomas destrozadas y la consecuente pérdida de tiempo. Verse adelantado por Button no fue más que un síntoma de la 'gripe' que padeció en Rusia.

Con problemas para todos, el único que no ha fallado este año es Nico Rosberg. Cuatro de cuatro, 100 puntos y la próxima cita del Mundial no huele a distinta. Montmeló albergará un Gran Premio de España del que, pase lo que pase, el alemán saldrá líder. Esa es la gran certeza para una carrera en la que muchas dudas estarán en torno a Fernando Alonso: ¿Ha sido una recuperación real o simplemente un espejismo?