Hasta Rusia por los puntos

Rusia será la oportunidad dorada para Fernando Alonso y Jenson Button de quitarse la espina que llevan desde que se montaron en el MP4-31. El piloto español y el británico cuentan con sendos ceros en su casillero de la clasificación, aunque McLaren cuenta con el punto que Stoffel Vandoorne sumó en Baréin. Ese fin de semana sustituyó a un Alonso que afirma sentirse al cien por cien, esta vez sin ningún calmante de por medio. «Cero dolores. He pasado dos semanas entrenando sin ninguna complicación, así que ahora no tengo que tomar ni una pastilla para subir al coche. A tope», confesaba sonriente ante los medios de comunicación este jueves.

Alonso, que fue sexto en 2014 y undécimo en 2015, aspira a los puntos en una carrera que considera óptima para demostrar que el camino que ha tomado McLaren es el correcto. «Vamos en una línea ascendente bastante clara. Estamos todos muy enchufados en el equipo, bastante optimistas de ver por fin algunos resultados que se pueden tocar con las manos», señaló, aunque este es un circuito donde la potencia es clave. Alonso lo coloca como el cuarto del calendario donde es más importante este aspecto, tras las citas de Italia, Bélgica y Japón. «Hay algunas soluciones nuevas en la unidad de potencia y el chasis, así que esperamos ser un poco más consistentes aquí. Con eso, con un poco menos de degradación de los neumáticos y con el trabajo que hemos hecho desde China, esperamos mejorar el ritmo de carrera», prometió el asturiano.

El circuito de Sochi, orgullo de Vladimir Putin y de su buen amigo Bernie Ecclestone, también vivirá este fin de semana una nueva edición de la batalla de Mercedes, en la que de momento sólo hay un vencedor: Nico Rosberg. El alemán lleva seis victorias consecutivas, y pase lo que pase este fin de semana saldrá al frente de la clasificación. Un Lewis Hamilton más encendido y motivado que nunca buscará mantener el pleno de éxitos aquí (ha ganado en las dos carreras que se han disputado en este autódromo), y quiere resarcirse de un arranque de Mundial muy poco satisfactorio para él. De hecho, se ha puesto en modo hater (término muy conocido en internet para identificar a los que odian algo) de una de las grandes novedades visuales que veremos en Rusia: la nueva cúpula de Red Bull.

"Mierda de escudo antidisturbios"

Los primeros entrenamientos libres de este viernes servirán para que Red Bull coloque su alternativa al halo, esa pieza que estrenó Ferrari en los test de pretemporada y que pretende proteger la parte más débil de los pilotos, la cabeza, en caso de un impacto frontal. La solución de Red Bull es una especie de parabrisas abierto, inspirado en el de los cazas de combate. Como ventaja, no quita visibilidad frontal al piloto. Como desventaja, hay serias dudas de su utilidad o de si esa visibilidad se perderá del todo en caso de lluvia, aceite o cualquier sustancia que pueda impregnarse en el transcurso de cualquier carrera o entrenamientos.

Y como ocurrió con el halo, esta canopia (que Red Bull ha bautizado como aeroscreen, o literalmente traducido pantalla de aire) también tiene sus detractores. Uno de los que directamente lo ha tachado de inútil ha sido el mismísimo Lewis Hamilton. «Para poner esto, que lo cierren como una cabina al estilo de un avión de combate. Esa pantalla parece un escudo antidisturbios. Tienes un coche de F1 fresco, elegante, futurista... y le pones una mierda de escudo antidisturbios en la parte delantera», se quejó el vigente campeón del mundo de Fórmula 1. Y fue más allá, aludiendo al propio espíritu de la Fórmula 1, a sus raíces más atávicas: «Cuando me meto en el coche sé que existe el peligro. Siempre ha sido así desde que tenía ocho años, y ese es un riesgo que estoy dispuesto a correr. Y ese es el riesgo que cada piloto que alguna vez se ha subido a un coche ha estado dispuesto a tomar. La razón por la que se ve la F1 es por la sensación de que esos chicos están locos, que podrían morir en cualquier momento. Esa es una gran parte de por qué están tan impresionados con lo que haces. Le quitas todo eso, y esa misma persona casi podría pilotar también. ¿Qué interés tiene si cualquiera puede hacerlo?», añadió.

Le guste a Hamilton o no, la Fórmula 1 ha tomado un camino de cambios que, si acaban de decidirse, comenzará a asfaltarse en 2017. La cúpula (halo, canopia, aeroscreen o como se quiera llamar) es innegociable. Quizá es lo único en lo que todos están de acuerdo.