David Sánchez de Castro
Miércoles, 2 de marzo 2016, 18:41
La escudería McLaren está atravesando un momento de franca mejora. Tras estrenar la última especificación de la unidad de potencia, y realizar las pertinentes pruebas, el monoplaza británico ha dejado atrás los miedos, si bien aún queda mucho trabajo por delante. Jenson Button le metió ... a su MP4-31 una 'paliza' de más de 100 vueltas, que habrían sido bastantes más de no haber perdido casi una hora por la mañana porque (y ya empieza a ser costumbre) lo subieron a los caballetes para comprobar unos datos que no les cuadraban. Pese a ese pequeño bajón, los ingenieros completaron un día más en la oficina, con éxito y relativas buenas noticias.
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Y es que el McLaren se ha asentado, parece. Desde la jefatura del equipo se muestran mucho más tranquilos que el año pasado a estas alturas, cuando la pretemporada sirvió únicamente para que los peores augurios se confirmasen. El trabajo de Honda ha dado buen resultado, teniendo en cuenta de dónde se llegaba. El coche no está aún para pelear por la zona de podio, ni mucho menos, pero al menos es fiable y permite dar juego a los ingenieros, que hasta pueden probar diferentes combinaciones aerodinámicas.
Lo que no queda nada claro para McLaren es hasta qué punto pueden forzar. En el paso por curva, el MP4-31 no era tan estable como el Mercedes (que parece ir sobre una guía de los famosos 'Scalextric') o ni siquiera como los Force India, que parecen los tapados de la pretemporada y que, sin hacer ruido, están llevándose miradas de elogio y extrañeza en el 'paddock'. El sonido de la unidad de potencia Honda, especialmente a bajas revoluciones, hace levantar la mirada a todos los asistentes al Circuit (notablemente menos que el año pasado), porque ya se ha convertido en el reconocible. ¿Buenas noticias? Relativas, a tenor de lo que dicen desde la escudería británica. Button hizo un ensayo completo de carrera del tirón, con 'stints' de 10-15 vueltas como mucho por la mañana y al final algo más largos, y superó la barrera de las 100 vueltas con solvencia.
Fernando Alonso se montará este jueves como su último día de pruebas de la pretemporada. El español, que este miércoles fue nombrado embajador del GP de Europa en Bakú (por la conexión entre Alonso y la cultura azerí, será.), afronta con optimismo la última oportunidad antes de Australia de ensayar. Su jefe, Eric Boullier, confesaba a la prensa que las sensaciones son positivas por parte del asturiano. «Sus primeros comentarios sobre el nuevo motor fueron que estaba feliz con la diferencia que notó, especialmente con respecto al del año pasado e incluso al de la semana pasada», se congratulaba Boullier, y además avanzaba lo que se va a encontrar este jueves: «hemos estado estudiando un poco los mapas de motor y los ingenieros han estado mejorando paso a paso para llevarlo mucho más lejos más rápido».
Sainz y Mercedes, lecciones de fiabilidad
Carlos Sainz se dio la maratón del día. El madrileño completó 166 vueltas antes del banderazo final, y aunque sus tiempos no estuvieron entre los mejores (fue séptimo del día), sus sensaciones fueron perfectas. De hecho, en los últimos instantes del día emprendió una particular 'pelea' con Rosberg para ver si era capaz de hacer más vueltas que los Mercedes. El Toro Rosso apunta alto, y desde el equipo están muy satisfechos con la labor del madrileño, que aún tiene una jornada más de trabajo por delante.
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Sainz incluso se permitió el lujo de probar los límites de sus neumáticos al final del día. Tras dar 160 vueltas con los neumáticos medios, a falta de poco más de cinco minutos para el final, montó los blandos para intentar bajar su tiempo y despedirse con crono óptimo. En total: 166 vueltas, dos más que los dos pilotos de Mercedes juntos. Desde el box de Toro Rosso todo eran felicitaciones, y su ingeniero de pista, Marco Matassa, confesaba a Colpisa que había sido uno de los días más productivos en términos de datos que había obtenido trabajando con el español.
Quienes no varían ni un ápice su esquema son los Mercedes. Lewis Hamilton, por la mañana, se quedó con el mejor crono con un detalle notable: lo hizo con los neumáticos blandos, no los superblandos ni los ultrablandos, y dejó a tres décimas a un Magnussen que sí montó el compuesto con los laterales rojos. Por la tarde, a Rosberg le marcaron un objetivo: hacer una simulación de, al menos, 63 vueltas. Y lo hizo con ganas: antes de la última hora, ya había superado las 70, y con una regularidad que es otro argumento más a favor de quienes se temen otro año de dictadura: no subió nunca del 1:28 ni bajó del 1:27 en su último stint largo. Al final, 91 giros para el germano.
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Mientras casi todos los equipos hacían ensayos de carrera, otros como Red Bull aprovechan estos días para ensayar otras cuestiones relacionadas y no menos importantes que la labor del piloto en pista. Red Bull dedicó buena parte de la mañana a que Daniel Ricciardo hiciese constantes entradas en el 'pit', con vueltas de instalación sin pasar por meta, para que sus mecánicos practicasen los cambios de neumáticos. Otros, como Sauber o Haas, ni siquiera pudieron hacer un ensayo normal: Ericsson estuvo toda la mañana sin apenas rodar por un problema con el motor y por la tarde protagonizó la única bandera roja del día tras perder una rueda, mientras que Gutiérrez ni siquiera dio más de una vuelta de instalación, esta vez por un fallo del turbo. Ambos comparten 'tripas': Ferrari. Sonrisas (más) en Mercedes.
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