Y Mercedes claudicó

Ya en los terceros libres se sospechaba que algo serio ocurría en Mercedes. Durante todo el fin de semana habían estado tapados y, de hecho, acabaron en quinta y sexta plaza en la última sesión. Niki Lauda, uno de los responsables del equipo alemán, confirmaba minutos antes de la clasificación que tenían problemas en la puesta a punto de sus dos coches. Ver a un McLaren a apenas 14 milésimas de Rosberg, con un Alonso que alucinaba por el rendimiento mostrado, no era normal. Nada hacía prever que estuvieran tan mal, pero en Ferrari y Red Bull se frotaban las manos: ¿en serio podían romper el dominio total de poles que llevaba en 2015 la escudería campeona del mundo?

Muchas incógnitas que, al final, se resolvieron en la clasificación. En la Q1 ya se insinuó que la lucha por la pole no iba a ser cosa de dos pilotos, como casi siempre este año. Tanto Daniil Kvyat como Sebastian Vettel, ambos muy fuertes durante todo el sábado, y primero fue el ruso el que golpeó. No obstante, pronto se destapó el mejor Vettel de la temporada. En la Q2 ya dejó claro que esta pole no se le iba a escapar, o no sin presentar batalla.

Mientras tanto, en Mercedes todo eran cara de circunstancias. Cuando comenzó la Q3, mientras Vettel mostraba su cara más cercana a su época de gloria en Red Bull, Lewis Hamilton ni siquiera completaba su primer intento. Sudores fríos en la espalda del líder y gran candidato al título, que cuando hizo su único intento en la tanda definitiva se veía en una pobre quinta plaza, su peor clasificación del año con diferencia. Veinte carreras después, Hamilton no saldrá en la primera fila de la parrilla, y tampoco igualará la mejor racha histórica de poles consecutivas, aún en manos de Ayrton Senna desde 1989. Se queda en siete seguidas.

Tras Hamilton saldrá Nico Rosberg, que si en otras carreras no se veía con capacidad para superar al británico, mucho menos en esta. Los cuatro primeros clasificados (Vettel, Ricciardo, Räikkönen y Kvyat) serán duras piedras de toque para unos Mercedes que han pagado muy cara la fiscalización a la que les ha sometido Pirelli. En cuanto el fabricante de neumáticos ha metido mano en las presiones, los campeones del mundo han sufrido seriamente.

Sainz estropea la vuelta de Alonso

En cuanto a los españoles, esta vez Fernando Alonso saldrá por delante de Carlos Sainz. El asturiano consumó su mejor clasificación de la temporada. Saldrá duodécimo, tras confirmarse que en Singapur el McLaren es menos malo que en otros circuitos. Donde no se necesita potencia y las manos del piloto priman más, sale a relucir el potencial.

No obstante, esa duodécima plaza sabe a poco para Alonso. Esta clasificación estaba marcada en rojo, y de hecho durante todo el fin de semana se mostró con la superioridad suficiente como para poder soñar con la Q3. Sin embargo, y cuando estaba marcando su mejor vuelta, un problema ajeno le privó de los últimos diez minutos. Fue su amigo Carlos Sainz el que le destrozó la vuelta. El madrileño, como ocurrió el viernes en los libres, salió muy pasado de la curva 19, el sobreviraje le mandó contra el muro y su neumático trasero izquierdo se fue al garete. Además de sus propias aspiraciones, estropeó las de Alonso, Pérez (que golpeó ostensiblemente el volante) o Nico Hülkenberg. El único que sonreía era Jenson Button, tan feliz con una 15ª plaza que también podría haber sido un poco por delante.

La mayor incógnita que queda por resolver tras el impensable sábado es saber quién ganará este domingo. Tras once grandes premios este año, dudar de la capacidad de los Mercedes sería muy osado, y mucho menos de un Lewis Hamilton que ya ha ganado en el Marina Bay dos veces. No obstante, visto lo visto este fin de semana, no tendrán un camino tan cómodo en la carrera. ¿Será capaz Hamilton de igualar, como todo apuntaba antes de este caótico sábado, las 41 victorias de Ayrton Senna y Sebastian Vettel saliendo quinto?