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David Sánchez de Castro
Lunes, 7 de septiembre 2015, 13:57
Ya nadie se muerde la lengua: esta McLaren ni está ni se le espera. No hay ni habrá mejoras en lo que queda de temporada, confirmaba Fernando Alonso. El McLaren Honda MP4-30 es uno de los mayores fiascos de la historia de la escudería, ... y nadie está libre de pecado en este proyecto con tan cacareado potencial.
El paupérrimo rendimiento de este fin de semana les hizo incluso tener que mirar en los retrovisores por si llegaban los Manor, unos coches que llevan un motor desfasado y con dos pilotos, Roberto Merhi y Will Stevens, de bastantes menos quilates que Jenson Button y Fernando Alonso. La dupla de McLaren está muy por encima del rendimiento de sus monoplazas, y sólo el buen humor y la esperanza de que este tiempo oscuro pasará pronto sirven de bálsamo para el escozor que cada fin de semana de Gran Premio tienen que sufrir.
¿A quién hay que arrojar a los leones? Desde Gran Bretaña lo tienen claro: la culpa es de Honda. La unidad de potencia creada en Japón hace más de un año no puede desplegar todos esos caballos que supuestamente tiene, sencillamente, porque no encaja. A diferencia de Mercedes, que crearon todo un conjunto en base al motor, desde McLaren hicieron el coche por un lado, y desde Honda el motor por otro. La consecuencia es que el puzzle no encaja, los problemas de sobrecalentamiento no se solventan y cada Gran Premio supone un suplicio para la mecánica. Simplificando mucho el problema: el chasis es demasiado estrecho y ajustado para un motor pensado para un espacio mayor y con más refrigeración. Se puede entender con un sencillo experimento: intenten ponerse unas zapatillas una talla por debajo de las habituales. Podrán andar, pero no será nada cómodo.
En Japón tampoco están contentos con lo que han visto. El prestigio de Honda está muy tocado, y señalan a Yashuhisa Arai, máximo dirigente de motores del gigante japonés, como principal responsable del desastre. La prensa japonesa se ha unido a la británica en las críticas a Arai-San, y la hemeroteca le ha caído como una losa. Del lucharemos por el podio a mediados de temporada a podremos cazar a Ferrari, son sólo algunas perlas que ha dejado dichas y escritas el dirigente nipón, que fue una de las grandes ausencias en el paddock de Monza de este fin de semana. Su cabeza, pende de un hilo.
La paciencia de Alonso, ¿cuestión de dinero?
Uno de los que mejor ha resumido la situación es Flavio Briatore. El ex jefe del equipo Renault (¿volverá cuando el fabricante japonés complete la compra de Lotus?) sólo viaja a algunos Grandes Premios, invitado por su buen amigo Bernie Ecclestone, y suele pasar siempre un poco de tiempo con Fernando Alonso, a quien le une una estrecha relación personal. Sus palabras acerca del trago que está pasando el asturiano cobran especial trascendencia, por tanto.
Para el afable Briatore, lo que le ha ocurrido a Honda es como si hubieran entrenado para ir a los Juegos Olímpicos durante dos años pero luego fueran allí con zapatos desgastados. Mejor resumido, imposible: tienen mimbres de sobra para hacer el cesto, pero lo han tejido muy mal.
Más sorprenden sus críticas hacia el propio Fernando Alonso. El italiano, que realizó estas declaraciones a La Gazzetta en Monza, prácticamente deja caer que Alonso sólo aguanta por contrato, dejando caer que es el dinero lo que mueve al español. mientras McLaren pague, Alonso seguirá teniendo paciencia, señala. Esto puede ser entendido como una confirmación de que el piloto es fiel a sus colores mientras los defienda, algo que no se le puede discutir: prueba de ello son los paños calientes que puso en su época en Ferrari o que pone ahora mismo en McLaren. Pero también puede interpretarse como que sólo la millonada que le pagan es motivo para que Alonso aguante.
En cualquier caso, Alonso no puede más que sentirse orgulloso de su trabajo. Poco más puede hacer. Por muchas críticas que reciba de quien no entiende a estas alturas que la Fórmula 1 depende del coche que toque, el asturiano sigue esperando a que le den las herramientas necesarias para el asalto al título. Un asalto que podría tener más retraso aún: la última excusa de Honda es que sus problemas vienen de sus suministradores de piezas, y que de no cambiarlos, el 2016 podría resultar también estéril. Más palabras, más balones fuera y el renacido proyecto McLaren Honda cada vez parece más zombi. Una vez más, Honda ha quedado retratado.
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