Así se las ponían a Lewis Hamilton

Junto a Hamilton en primera fila estará un Ferrari, pero no el habitual. No fue Sebastian Vettel, sino Kimi Räikkönen el que demostró su presumida y a veces escondida calidad, que no hace tanto le hizo ser el niño mimado de Maranello. Con la aristocracia del grupo Ferrari mirando desde el box rojo, el finlandés asombró a todos con un crono que apenas le dejó a dos décimas del tiempo del imbatible Hamilton. Hasta Sebastian Vettel, que se quitaba el sombrero con su compañero, elogió la labor del finlandés.

El líder del campeonato ya obtuvo cierta ventaja en los terceros entrenamientos libres. Cuando ya se habían completado los últimos ensayos libres, con el monoplaza de Nico Rosberg ya en el box, empezó a salir humo del motor. Con un bombero vigilando de cerca, para evitar un incendio, los mecánicos empezaron a buscar el problema, pero no había tiempo que perder así que decidieron tirar por la vía del medio y cambiar la unidad de potencia completa para colocar de nuevo la especificación de Spa, algo menos potente, pero igualmente temible en comparación con las del resto de pilotos. Aunque el W06 de Rosberg seguía siendo superior al de casi toda la parrilla, fue un hándicap inevitable de cara a la clasificación. Verse fuera de la rueda de prensa de la FIA no fue la mejor forma de estrenar su paternidad en un circuito para Rosberg. No obstante, en Mercedes mantienen su dictadura: la última pole de un coche que no fuera de la factoría alemana fue hace 440 días, en el GP de Austria.

El de Rosberg no fue el único problema técnico de esta clasificación. Una avería en la caja de cambios Max Verstappen le privó de rodar hasta el último instante, cuando sólo le dio tiempo a salir y volver a entrar para esquivar el castigo de salir desde el pitlane. Algo mejor le fue a su compañero Carlos Sainz, que nuevamente rezará para que su mecánica aguante tras cuatro abandonos seguidos.

La cantidad de sanciones por sustituciones de motores, cajas de cambios, ERS y demás piezas de las unidades de potencia hacen casi imposible averiguar cuál será la parrilla definitiva del GP de Italia 2015 hasta los mismos instantes previos de la carrera. Así, pese a que Carlos Sainz logró un heroico decimotercer tiempo, tendrá que verse más atrás, al igual que los Red Bull.

Esta fue la peor jornada de sábado para Red Bull desde hace más de un lustro: hay que remontarse a Brasil 2008 para ver la última clasificación en la que ninguno de sus dos pilotos pasaron a la Q3. Daniil Kvyat y Daniel Ricciardo se quedaron en la Q2, y casi con suerte, porque el australiano ni siquiera rodó en esta segunda tanda. Tanto él como su compañero ruso siguen padeciendo los problemas de su motor Renault.

Alonso se harta

Aunque para desesperación, la que sufre Fernando Alonso. El piloto asturiano ni siquiera pudo con Jenson Button, y ambos acabaron eliminados en la Q3 en algo que ya ni siquiera es decepcionante porque no esperaban nada más. Las sanciones que arrastran varios pilotos que llevan delante (entre ellos, los dos Red Bull) pueden darles algunas posiciones de entrada en la parrilla, pero eso no puede ocultar la falta de rendimiento de su monoplaza.

El propio Alonso se mostraba harto de la situación. «No hay mejoras», espetaba directamente a los micrófonos. «Las posiciones que arañemos en la salida, las perderemos en la primera vuelta. Es así. En las carreras que nos vaya mejor, entraremos en la Q2 y cogeremos algún punto. Y en las que nos vaya peor, rodaremos en la parte trasera. Y nada va a cambiar», confesaba el español.

Sólo puede apelar a la suerte. Al menos ya tiene la posición ganada a los Manor, que nuevamente han tenido a Merhi por detrás de Stevens. El rendimiento de los McLaren sigue siendo ínfimo, lo justo para superar a los del último equipo de la parrilla.