De vacaciones con buenas sensaciones

Parecen ya despejados los nubarrones de las primeras citas del campeonato. Ese Gran Premio de Australia, en el que Button no salió y el probador Magnussen no duró más que un rato, ya es un oscuro recuerdo para la escudería británica. Conforme han ido avanzando las citas en el campeonato, con más altibajos de los que deseaban, se han ido asentando de manera más o menos clara en una línea ascendente que pretenden mantener hasta que acabe este complicado año de transición de McLaren y Honda.

Fernando Alonso se va de veraneo tras haber consumado dos carreras consecutivas en los puntos, algo impensable hace no tanto. El propio piloto asturiano resumía las buenas sensaciones que eso transmitió al equipo: «Estos puntos son una buena forma de que el equipo se vaya de vacaciones, pero tenemos que maximizar aún más nuestras posibilidades en la segunda mitad de la temporada», aseguró.

No obstante, que los aficionados a McLaren no saquen aún el champán, que el camino es muy largo. Queda por ver si lo visto en Hungaroring ha sido un oasis en el desierto, o realmente la mejora ha sido permanente. El mismo Alonso ya preveía que iban a tener buenos circuitos, que por sus características se adaptarían mejor a sus virtudes y carencias. «En el calendario hay un puñado de circuitos en los que esperábamos tener un mejor rendimiento: Mónaco, Singapur y aquí, en Hungría, así que sabíamos que teníamos que aprovecharlo al máximo», señaló. Queda, por tanto, una prueba en la que en teoría el MP4-30 volverá a estar más cerca de la parte de arriba de lo que se ha visto hasta el momento.

Y es que, pese a las buenas sensaciones, el problema de la fiabilidad sigue siendo muy grave y ya poca solución se ve en el horizonte. Si Alonso y Button no partieron más adelante en la parrilla de Hungría fue por sendos problemas mecánicos. En el caso del español, además, con la circunstancia agravante de que no era una avería en sí, sino por un fallo en el montaje. Nuevamente, como en otras carreras, un conector mal colocado fue la causa del fallo eléctrico que hizo que Alonso se quedara tirado nada más pasar la línea de meta el sábado. Más que por unas piezas mal diseñadas, la constante problemática hace pensar en errores de planteamiento y en rutinas que no son las adecuadas.

Es por ello que Eric Boullier, como jefe del equipo, considera que este parón veraniego puede ser justo lo necesario para que se despejen las cabezas de sus trabajadores y puedan descansar y desintoxicarse de seis meses muy complicados. «Me gustaría expresar mi profundo agradecimiento a todo el personal de McLaren y Honda, no sólo a los que están aquí en Budapest, sino también a los de Woking y Sakura, quienes han trabajado sin pausa para la poca recompensa que de momento hemos tenido. Disfrutad en este parón, chicos; lo merecéis de verdad», expresaba Boullier en el comunicado de prensa facilitado por McLaren.

Respiro

Pese a que hay que tomarlo en su contexto, y con todos los 'peros' que se quieran poner, como explicaba Jenson Button, el Gran Premio de Hungría ha supuesto un enorme respiro para todo el equipo. «Es un paso adelante para nosotros, pero necesitamos dar otro si queremos repetir este tipo de resultados», dijo el británico, antes de avisar que vienen días difíciles: «las dos próximas carreras, en Spa y Monza, probablemente sean complicadas para nosotros, pero veremos si podemos hacer progresos».

El parón hasta el próximo Gran Premio de Bélgica servirá para establecer una profunda reflexión de base en McLaren, que debe marcar si realmente merece la pena seguir evolucionando el monoplaza de 2015, a todas vistas erróneo y totalmente fuera de la senda correcta, o centrarse en el de 2016, cuando realmente deben dar el do de pecho y ese salto de calidad que debe llevarles a luchar con Mercedes, Ferrari y Red Bull. Porque si esta temporada entra dentro de lo admisible estar totalmente fuera de órbita, encadenar dos años seguidos sin siquiera luchar por los podios, puede hacer temblar los mismos cimientos de Woking. Y mientras, Alonso ya admite públicamente que está tentado por otras competiciones.