Agua bendita para Alonso en Silverstone

No obstante, sin restarle ni un ápice de mérito a la labor de Mercedes -vigésimo segundo doblete para los alemanes, tercero consecutivo tras Canadá y Austria-, se han visto beneficiados por una nueva demostración de que en Williams falta carácter para volver a creerse campeones. Como aquel equipo de fútbol madrileño que se ganó el apodo de 'Pupas', la escuadra de Grove cedió una victoria que llegaron a tener en la mano en los primeros metros del gran premio. Felipe Massa y Valtteri Bottas, con la inestimable colaboración de sus ingenieros en el muro, tiraron por la borda un doblete para Williams que habría sido el primero en más de una década. El brasileño se sacó una espectacular salida de la manga con la que llegó a la primera curva primero. Con Hamilton totalmente desconcertado y Rosberg intentando aguantar a Bottas, el oportuno choque entre Jenson Button y Romain Grosjean, con Fernando Alonso de invitado de excepción, hizo salir al coche de seguridad y entonces comenzó el principio del fin de Williams.

Massa empezó a quejarse de un pobre balance del coche, mientras por detrás Bottas se desesperaba por no poder pasarle. No iba a arriesgarse a un accidente con su compañero de equipo, así que pidió instrucciones. Cuando le dijeron que tenía permiso, ya era tarde: Massa había escapado de la ventana de adelantamiento, y en Mercedes vieron abiertas las puertas del cielo. Hamilton fue el primero en pasarle la mano por la cara a los ingenieros de Williams, cuando les hizo un 'undercut' (ganarles la plaza en 'boxes') de manual: no sólo le ganó la partida a Massa, sino que también lo hizo a Bottas. No habían llegado siquiera a mitad de carrera, y en Williams ya habían perdido la carrera. Con la temida lluvia en pista, los FW37 se hundieron y hasta Sebastian Vettel -otra inteligente carrera del alemán, de menos a más- les pasó.

Alonso, por fin

Mercedes volvió a mostrar superioridad, pese a que en la salida sus dos figuras fueron adelantadas por los Williams del brasileño Felipe Massa y el finlandés Valterri Bottas, que fueron en cabeza. Massa, que tuvo que conformarse luego con el cuarto lugar, lideró la carrera hasta la vuelta 21, cuando tras una salida de 'boxes' lo hizo por detrás de Hamilton.

Han tenido que pasar nueve carreras de 2015 para que Fernando Alonso sume su primer punto con McLaren Honda. Y no fue en una carrera fácil. El piloto español entró décimo en el Gran Premio de Gran Bretaña, en la cuna de la Fórmula 1, tras una prueba en la que comenzó chocando con su compañero de equipo y en la que acabó conduciendo bajo la lluvia, casi aburrido por no tener con quien luchar. Alonso demostró que, si la mecánica aguanta, puede conseguir acabar carreras, que a día de hoy es el único objetivo realista que puede plantearse una escudería McLaren que está muy lejos de rendir como es debido. La mejor prueba de ello la dan los números: la velocidad punta de los Mercedes pasó de los 330 km/h, la del McLaren fue 310 km/h.

Poco a poco Alonso demostró que se mueve muy bien en condiciones de mojado, McLaren acertó en el momento de colocar los neumáticos intermedios, y sólo tuvo que esperar para que llegara el éxito. En apenas una vuelta se quitó de encima a Marcus Ericsson, y los siete abandonos

Aunque esta es la segunda carrera del año en la que McLaren consiguió puntuar, que las ramas no dejen ver el bosque. Fernando Alonso y Jenson Button han tenido un fin de semana penoso, con numerosos problemas mecánicos que han hecho que en cada segundo temieran una nueva rotura. Es, por tanto, claro que el foco donde debe centrarse McLaren ahora es el de aguantar. Si es verdad que tienen un potencial enorme, primero tienen que acabar carreras. Es de Perogrullo: para acabar entre los puntos, hay que acabar.

Merhi brilla, Sainz abandona

Carlos Sainz se vio fuera de carrera justo en el peor momento: cuando ya atisbaba la lluvia. El madrileño estaba rodando en zona de puntos, cómodo, esperando el agua como un peregrino en el desierto, cuando su Toro Rosso se apagó. Literalmente, se paró su motor, no pudo reiniciarlo y tuvo que dejar el coche tirado en la cuneta. La decepción fue notable, no sólo para él, sino para el equipo: su compañero Max Verstappen también abandonó.

Quien dio unas pequeñas pinceladas de su calidad en agua es Roberto Merhi. El castellonense rozó la épica, con un duodécimo puesto brillante, su mejor resultado en la fórmula 1 y el mejor para el equipo Manor en este 2015, y con un aliciente extra: mientras él bailaba a la perfección sobre el deslizante asfalto de Silverstone, Will Stevens se estrellaba en las últimas vueltas del gran premio. Como el propio Merhi dijo en las jornadas previas, Silverstone es un circuito donde las manos del piloto se ven más que en otros.