dAVID sÁNCHEZ DE cASTRO
Lunes, 22 de junio 2015, 19:12
Fernando Alonso lleva los mismos puntos en este Mundial de Fórmula 1 que cualquiera de los lectores españoles que se asomen a este texto, salvo que Carlos Sainz esté pasando sus ojos por estas líneas. El asturiano más internacional del deporte español no comenzaba tan ... mal desde su primer año en Fórmula 1, cuando, barbilampiño, se montó en un Minardi apañado con cinta aislante y remaches. Pero ni siquiera en aquel 2001 de aprendizaje que supuso el primer escalón hacia la gloria que alcanzó en 2005 y 2006 consiguió un hito negativo como en este 2015: nunca había abandonado cuatro carreras consecutivas.
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El lamentable rendimiento de McLaren-Honda empieza a causar una mezcla de sentimientos entre los fans. Los hay que siguen confiando en los mensajes positivos que repiten Alonso y McLaren, como aquel que se negaba a decir la palabra 'crisis' en un pleno del Congreso de los Diputados y hablaba de brotes verdes. Para estos aficionados a la Fórmula 1, el equipo británico y el piloto español están en la buena dirección porque, en lo poco que estuvieron en pista, mostraron buenos datos.
Que Button cayera en la Q3 del sábado, que Alonso se quedara a casi dos segundos del 'poleman' en un circuito tan corto y, sobre todo, que la fiabilidad sea una quimera a la hora de plantear las carreras, debe ser una tapadera no se sabe muy bien de qué. También hay fans que están en el otro polo y que se han hartado de la situación. Los que sólo ven la Fórmula 1 para seguir los éxitos de Alonso han abandonado la competición, y buscan ahora un nuevo suministro de su dosis de motorsport en otras competiciones, como el creciente Mundial de Resistencia. A las audiencias televisivas en España me remito.
Objeto de bromas
Bromas aparte, el hundimiento de McLaren en este 2015 está dejando muy tocada la reputación del equipo. La gloriosa época de finales de los 80 junto a Honda no hace sino agrandar la herida que supone, sobre todo en los aficionados más veteranos, ver arrastrarse a un equipo que lo fue todo hace no tanto tiempo. Fernando Alonso y Jenson Button, dos de los pilotos con más experiencia en Fórmula 1, se ven obligados a pilotar un monoplaza que no está ni en pañales: aún bucea en líquido amniótico. Si a eso le unimos la mala suerte propia de quien parece tener un mal de ojo digno de un especial milenario, se genera un caldo de cultivo nada sano para las expectativas de éxito del equipo británico.
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Desde dentro de la propia McLaren tampoco están convencidos de que la situación vaya a variar a corto plazo. Fernando Alonso ya habla abiertamente de que deben centrarse en el coche de 2016 cuanto antes, porque seguir con el de éste, es perder recursos y tiempos. Mientras tanto, Mercedes se escapa un año más y la pelea por el título vuelve a ser cosa de dos. Quizá McLaren regrese a lo más alto, pero no será hoy, ni mañana. Mientras tanto, habrá que tomarse la situación con filosofía y echarse unas risas, que la vida es muy corta para andar malgastando tiempo: para perderlo ya está McLaren.
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