Mercedes dinamita la carrera de Hamilton en Mónaco

Nico Rosberg se encontró con una victoria que aún le parece increíble. El alemán mantiene su idilio con el Principado, y por tercer año consecutivo -algo que no había ocurrido desde Ayrton Senna- logró llevarse el primer puesto de Montecarlo, por delante de otro de los beneficiados por la mala cabeza de Mercedes, Sebastian Vettel. Los dos alemanes recibieron caído del cielo un regalo en forma de entrada en boxes de Hamilton cuando estaba el 'safety car' en pista. El campeón y líder no tenía necesidad imperiosa de entrar a cambiar neumáticos, pero desde el muro le pidieron hacerlo porque pensaban que tenía distancia de sobra para cubrir la posición con Vettel. Nada más lejos de la realidad: no sólo perdió la posición con Rosberg, que obviamente se quedó en pista, sino que también lo hizo con el de Ferrari.

El enfado de Hamilton le hizo pararse en Portier, incrédulo ante lo ocurrido, y después a llevarse puesto el cartel del tercer puesto a la llegada a la escalinata. Los consuelos de la familia real monegasca no le sirvieron de nada. Las ascuas que se han encendido este fin de semana amenazan con provocar un nuevo incendio en el seno de Mercedes, justo cuando se habían calmado los ánimos. Hamilton sale líder del Principado, pero con la mitad de ventaja que tenía sobre Rosberg, que viene crecidísimo tras ganar en España y ahora en 'su' Mónaco.

Contrastes

Por detrás de las luchas de arriba hubo menos acción, o al menos no con tanto drama. Los españoles tuvieron suerte dispar. Fernando Alonso abandonó por una avería en su monoplaza cuando estaba enfilando la zona de puntos. El asturiano comenzó la prueba con un susto y una sanción. En la primera vuelta cerró a Nico Hülkenberg cuando éste, en un alarde de optimismo, pretendió adelantarle por fuera en la zona de Santa Devota. El Force India se tocó con el McLaren, acabó empotrado contra las protecciones y, pese a que parecía que no merecía castigo, los comisarios le endosaron 5 segundos al español porque entendieron que debía haber dejado hueco.

Pero lo peor llegó después. Mediada la carrera, cuando ya se había asentado en el octavo puesto, la caja de cambios de su MP4/30 dejó de funcionar nada más pasar la recta de meta, y desde la radio le ordenaron parar el coche. La fiabilidad, nuevamente, le costó a Alonso una buena oportunidad de puntuar. Al menos McLaren sí consiguió quitar el cero de su marcador, gracias al octavo de Jenson Button.

Dos posiciones por detrás del inglés entró Carlos Sainz tras protagonizar una remontada colosal. El madrileño salió desde el pitlane y acabó en una enorme décima plaza, cumpliendo con creces las expectativas puestas en él y demostrando que sigue siendo el más fiable de Toro Rosso. Y es que mientras Sainz entraba décimo, su compañero Max Verstappen acababa destrozando el monoplaza por su exceso de ímpetu. El holandés embistió por detrás a Romain Grosjean -que frenó antes de lo previsto- en la recta de meta, y se estrelló contra el muro. El consecuente coche de seguridad fue el que provocó el dramático final de carrera y la pifia estratégica de Mercedes.

Por su parte, Roberto Merhi por fin venció a Will Stevens. La lucha en el seno de Manor es encarnizada, y el valenciano finalizó en 16ª posición, a dos vueltas del vencedor, pero notablemente satisfecho por el éxito conseguido. Para él, todo lo que sea acabar por delante de Stevens es un argumento más que puede dar al equipo para que sigan contando con él en las próximas carreras del Mundial.