El 'gran circo' afronta el cambio

El llamado grupo de estrategia de la Fórmula 1 ha basado sus propuestas en dos ejes: reducción de costes económicos y aumento del espectáculo. Las propuestas tienen flecos por pulir, pero desde la próxima temporada empezarán a verse. En 2016, las escuderías han solicitado libertad de elección de neumáticos para cada Gran Premio.

Así, en lugar de ser Pirelli quien impone los dos compuestos de seco en cada fin de semana, ahora serán los equipos los que decidan qué ruedas llevarán a cada carrera. De esta manera, se garantizará que cada equipo pueda jugar con sus fortalezas (por ejemplo, en McLaren funcionan más los compuestos más blandos) y se abrirá más el abanico de estrategias.

No obstante, será para 2017 cuando mayores cambios se han planteado. En dos años, el grupo de estrategia quiere que los coches sean entre cinco y seis segundos más rápidos. Para ello solicita darle una vuelta a las reglas de evolución aerodinámicas, reducción de peso de los coches y neumáticos más grandes.

En este último punto ya están muy avanzados, y de hecho este mismo viernes había pruebas en Montmeló con un GP2 que montaba ruedas de 18 pulgadas, y no de 15 como ahora. En este punto también afectará un cambio que quieren en los motores: piden que las unidades de potencia se puedan subir más de revoluciones, con lo que además habrá más sonido, una de las grandes quejas de la afición.

Quizá el cambio más visible que se impondrá en 2017, si se aprueba, es el del regreso de los repostajes de combustible. Prohibidos desde 2010, el grupo de estrategia de Fórmula 1 cree que, pese a lo peligrosos que son, daban un espectáculo suficiente como para asumirlo. Esto choca frontalmente con la filosofía de una competición que pretende ser verde y ecológica, así que establecen que se mantendrá un máximo de consumo por carrera, como ocurre ahora mismo.

Otras medidas que se tomarán en consideración incluyen una reflexión compleja y profunda del formato de cada fin de semana de carreras, o establecer un método para que los pilotos sean 100% responsables de las salidas, sin ningún tipo de ayuda desde boxes.

'De alquiler'

Aunque no se ha tratado de manera específica, sobre la mesa de negociación también estuvo la idea del regreso de los llamados coches cliente. Antiguamente, pilotos como el español Emilio de Villota pudieron debutar en Fórmula 1 gracias a este método, que se prohibió a mediados de los años 80.

Básicamente consiste en que un equipo privado pueda emplear un chasis y un motor de años anteriores, lo que reduciría notablemente los problemas que tienen los novatos para ingresar en el selecto club de la F1. Esto puede derivar, no obstante, en situaciones surrealistas, como que un equipo privado con un Mercedes de 2014 pueda batir a coches como un McLaren de esta temporada, si ya se hubiera aceptado esta normativa.

Aunque estas ideas son aún un borrador, no es la primera reunión que establecen los responsables de la Fórmula 1. Ya en pretemporada, en Montmeló, escenificaron su unidad en torno al nuevo camino que debe dar la competición si no quieren verse superados por otras competiciones, como el Mundial de Resistencia, que poco a poco está ganando más adeptos.

En próximas semanas se volverán a reunir, previsiblemente en Mónaco como escenario, para seguir dándole vueltas a nuevas soluciones que lleven a la Fórmula 1, de nuevo, a lo más alto del automovilismo mundial antes de que sea demasiado tarde.