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David Sánchez de Castro
Jueves, 7 de mayo 2015, 20:44
Tres semanas después de un largo parón, la Fórmula 1 vuelve a casa. Y en este caso, es literal: vuelve a Europa, al Gran Premio de España en el Circuit de Catalunya que tan bien conocen, un trazado que, además, está de cumpleaños redondo: el ... de este domingo será su gran premio número 25 desde que allá por 1991 unos locos se atrevieran a hacer unas instalaciones permanentes para que se disputaran carreras de monoplazas.
Este fin de semana, además, será el de mayor concurrencia de pilotos españoles en la parrilla, empatado con 2010. Si en aquel gran premio fueron Fernando Alonso, Pedro de la Rosa y Jaime Alguersuari, en este al asturiano le acompañarán en la parrilla Carlos Sainz y Roberto Merhi. Para Alonso será una carrera especial, ya que vuelve al lugar del crimen: no ha vuelto a rodar en el trazado catalán desde que tuviera el accidente en la última jornada de la primera tanda de test de pretemporada en Montmeló. Es el regreso al sitio donde ha tenido el accidente más grave de su carrera, o al menos el que más preocupación y polémica ha generado.
Para Alonso este factor no es determinante a la hora de encarar la carrera, como confesó en una rueda de prensa en que él, Sainz y Merhi coparon la ronda de preguntas de los periodistas, como era de prever. «No tengo ningún miedo, ya que ha resultado hace tres meses. Llego con total confianza y total motivación para obtener un buen resultado», señaló. El domingo tendrá un detalle muy bonito con los médicos que le trataron: les va a invitar a cenar. No en vano, en sus propias palabras, tuvo «la mejor atención que podía desear». «El sábado tengo un acto promocional, y espero cenar con ellos el domingo, después de todo el jaleo de la carrera. Quiero pasar tiempo con ellos», destacó el asturiano.
Alonso logró la que, de momento, es su última victoria en 2013, en Montmeló, pero eso ya es sólo un recuerdo. Salvo un milagro muy improbable, este domingo luchará como mucho por puntuar, pero nada más. Aunque es algo decepcionante para los aficionados, Alonso señaló que él es feliz ahora, aunque sea luchando por aguantar. «Si pudiera firmar que en cuatro años voy a ganar, firmaría. Pero no está garantizado. Voy a dar cada fin de semana lo máximo para estar ganando cuanto antes. No es un plan darme x tiempo para ser campeón. En cada carrera estamos mejorando, estamos motivados y ahora en mi carrera de casa, aunque no esté para ganar, voy a disfrutar cada minuto de otras cosas, como los fans o probar las novedades. Soy una persona feliz», aseguró. El piloto habló tras unas vistosas gafas de sol que lució en la rueda de prensa puesto que ha tenido un percance en un ojo: le ha salido un incómodo orzuelo y por prescripción médica le han pedido que no se someta a demasiadas luces artificiales.
«Este fin de semana va a ser importante, no tanto por los puntos o el resultado, sino por las actualizaciones», avisó Alonso. «En China y Baréin el coche se comportó como esperábamos, y nuestro objetivo es que las actualizaciones nos den el rendimiento esperado. Los competidores es una cuestión secundaria. Estar en la Q1 o la Q2 es decepcionante para todos, y más para nuestro equipo porque de la relación entre McLaren y Honda se esperaba más. Aún estamos al principio de la temporada y esperamos que empecemos a rendir más adelante. Desde mi punto de vista me lo estoy pasando bien, estamos subiendo la montaña», dijo a los que ansían un milagro este fin de semana.
Sainz, el heredero de Alonso
Carlos Sainz recordó por enésima vez la anécdota de que fue en el paddock de Montmeló donde conoció por primera vez a Fernando Alonso y que fue aquí donde decidió que iba a ser piloto de Fórmula 1. Tanto el madrileño como el asturiano se dedicaron sendos piropos y el bicampeón afirmó que ve a su pupilo precisamente como su heredero: «Me siento muy orgulloso de ver a Carlos aquí, su talento es incuestionable y su talento es incuestionable, no sólo en F1 sino en todas las categorías. Es el futuro del automovilismo en nuestro país».
Sainz por su parte destacó que para él Alonso es un amigo fuera del asfalto, porque dentro es un rival más. «No se si podré luchar con él en pista o no, y no te das cuenta si es Fernando, sólo ves que es un McLaren y tratas de batirle. Fuera de pista es distinto, tenemos una buena relación, incluso haremos alguna carrera de karting por fines solidarios», afirmó.
Por su parte, Roberto Merhi se mostraba tranquilo ya que ni él sabe lo que va a pasar a partir de ahora. «Por el momento (soy) piloto para Manor y hasta que no digan lo contrario así va a ser», dijo sobre su futuro. Las opciones de hacer una buena carrera en un circuito que conoce muy bien pasan por el rendimiento de su monoplaza, lógicamente, pero en su caso este factor cobra especial importancia. «El equipo está empujando mucho para ver el nuevo coche en pista. Todo el mundo está aquí trabajando lo más rápido que puede, pero ahora estamos centrados en acabar carreras», se resignó el de Castellón.
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