Rosas para Sainz, espinas para Merhi

Carlos Sainz comenzó su andadura en este Mundial 2015 en un viernes en el que le salió casi todo bien. En los primeros entrenamientos libres que disputaba en su vida no sólo fue el que más giros dio, sino que además acabó con la cuarta mejor vuelta de la sesión. Sus 32 giros al trazado australiano fueron toda una demostración de arrojo y la confirmación de que no va a pasar los días en la Fórmula 1, sino que quiere brillar desde el primer instante.

En los segundos libres fue séptimo, de nuevo como el que más vueltas dio de la tanda con 41. Evidentemente, sólo se puede calificar de excelentes sus primeros kilómetros en la F1. «He estado esperando por este día durante mucho tiempo y definitivamente ha sido un primer día muy decente», se mostraba satisfecho el madrileño después de bajarse del Toro Rosso. El STR10 le dio unas sensaciones muy positivas, tanto con neumáticos medios como con blandos: empezar con buen pie, sobre todo en el caso de un novato, es fundamental.

En la primera jornada ya marcó territorio frente a Max Verstappen, al que superó en las dos sesiones, lo que añade un poco de morbo a la rivalidad que ambos van a tener a no mucho tardar. No obstante, que no se confíe: también en su primer día tuvo un pequeño susto, en forma de trompo en la curva 15 del circuito de Melbourne y, como se suele decir en la Fórmula 1, los puntos se reparten el domingo.

Merhi, inédito

Cuando Manor viajó a Melbourne, la Fórmula 1 parecía humanizarse. ¿Quién no iba a sentir cariño por ese equipo que, in extremis, consiguió culminar su sueño de rehacerse desde cero y llegar a la primera carrera de la temporada? El valor e interés del equipo en España creció exponencialmente cuando anunciaron la incorporación de Roberto Merhi en sus filas. El valenciano, sin casi tener tiempo para asimilar el salto, estaba en el paddock de Australia haciéndose el asiento y posando para las fotos oficiales.

El problema es que lo que todo eran sonrisas y sueños de éxito se tornaron en un duro bache, que no por previsto dejó de ser más doloroso: el Manor no está preparado para salir a rodar. Merhi y Stevens ni siquiera hicieron amago de montarse en el monoplaza durante los entrenamientos libres, y se quedaron paseando por el box de su equipo durante todo el viernes mientras los mecánicos estaban intentando montarlo. El valenciano miraba hacia todas partes, resignado, porque sabe que no puede hacer mucho para evitarlo. De hecho, su debut en la parrilla del domingo no está ni mucho menos asegurado. El problema viene por parte del motor Ferrari: la Scuderia ha vendido los motores de 2014, según el acuerdo que habían alcanzado, pero nada más: el software que sirve para traducir dicho motor no está listo.

Esto también servirá de lección para Merhi. Quizá sea más importante para su futuro vivir este pequeño calvario y sacar un aprendizaje, que tener una jornada plácida. Aunque seguro que él no está de acuerdo con esta afirmación.