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El reto de la Baja 1000 es mayúsculo: atravesar mil millas (algo más de 1.600 kilómetros) por desierto y sierras de México con evocadores nombres como Laguna del Diablo, Rancho El Coyote, Ojos Negros o Ensenada, donde se ubica la salida y la ... meta. El objetivo es cubrir esa distancia lo más rápido posible, sin apenas parar más que para relevar el piloto y llenar el depósito.
La aventura atraía desde hacía mucho tiempo a David Serrano, piloto calagurritano de quads. «Para los amantes de los rallies están el Dakar y la Baja 1000», explica después de volver de una experiencia única.
Gracias a otro piloto español, Miguel Ángel Arranz, que ya conocía una de las pruebas míticas para los pilotos de Sudamérica y Estados Unidos, hace dos semanas Serrano encontró acomodo en un equipo formado por pilotos del sur de México, el Team Berraco's Cabo San Lucas. «Fue un ambiente increíble. Sin conocernos más que por Facebook, me abrieron su casa, estuvimos juntos todo el tiempo... Me trataron de maravilla», reconoce.
Desde unos días antes de la prueba, Serrano y sus compañeros, como el resto de participantes, pudieron probar el trazado, aunque unas fuertes tormentas dos días antes de la prueba conviertieron el polvo del desierto en un barrizal y a los cauces, en zonas peligrosas, tanto que hubo que modificar ligeramente algún tramo por el peligro de las corrientes de agua.
Por experiencia y forma de pilotaje, a Serrano le tocó lidiar con un tramo de sierra en una carrera que no admite descanso más allá del repostaje obligado. «Tenían la estrategia muy pensada y decidieron dejarme un terreno duro, parecido al de España, aunque mucho más roto y pedregoso», recuerda Serrano. «Estoy menos acostumbrado a las arenas y sus badenes, así que me tocó más sierras, roderas y pistas destrozadas», analiza. Su relevo, de más de 100 millas, fue a la perfección y permitió a sus compañeros mantenerse en segunda posición y subir al podio en la categoría 'Sportsman'.
La experiencia vivida en México ha animado a Serrano a pensar en nuevos objetivos. El primero, volver en el 2020 a la Baja 1000. «Voy a trabajar para volver. Hay cuatro pruebas e intentaré participar en dos, ya que me han ofrecido repetir con mis compañeros», explica Serrano. Y, el segundo, el más lejano: el Rally Dakar. «Es el sueño de todos, pero supone mucho tiempo y un desembolso brutal», reconoce el calagurritano.
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