El vestuario del Adarraga, demasiado a la vista

En el caso del Adarraga, la medida de que no se utilicen los vestuarios afecta a los nadadores del Centro de Tecnificación, a los de los planes de seguimiento Alevín y a todos los nadadores de clubes que usan la instalación. Sí pueden emplearlos los niños de cursos de iniciación y sus padres, con un aforo máximo del 30%. La denuncia es que «tanto al entrar como al salir de la piscina», el cambio de ropa debe producirse en los jardines de las instalaciones, al aire libre».

La situación provoca escenas curiosas y propias de otros tiempos en el patio que da a avenida de la Playa cada tarde, con decenas de nadadores haciendo equilibrios para ponerse la ropa entre toallas. La llegada del frío ha empeorado la situación, que los practicantes de natación consideran insostenible.

«Tanto la Federación Riojana de Natación como los clubes llevan tres meses quejándose de esta situación, desde julio, cuando se empezó a utilizar la instalación con estas condiciones, antes en verano hacia calor pero ahora es lamentable ver como los niños tienen que cambiarse en la calle, sin tener en cuenta su salud y sobre todo su intimidad», explica una nota enviada por padres afectados. «Esta situación en particular no se va a prolongar en el tiempo, pero esta semana de inicio nos hemos visto obligados a esta solución temporal por el COVID. Estamos en coordinación con la Federación Riojana de Natación para llegar a una solución», responden desde la Dirección General del Deporte, que esperan poder ofrecer el servicio de vestuarios próximamente.