Samoa, un rugby de emigrantes

Lo que más sorprende es que tuviesen que jugar ese partido de repesca por los problemas que encontraron en el camino de clasificación al no poder contar con sus mejores jugadores en muchos de sus compromisos claves.

El profesionalismo al que ha llegado el rugby hace que sólo las selecciones más potentes puedan reunir a sus mejores jugadores. Muchos de ellos no consiguen permiso para poderse desplazarse.

Para Samoa es mejor jugar en Europa, donde tienen un buen número de jugadores, que en su propio país, Australia, Nueva Zelanda, Argentina o Sudáfrica, donde los desplazamientos son eternos. Reunir a la diáspora de jugadores que tienen resulta un milagro. Por eso en San Sebastián, en suelo europeo, se podrá ver a hombres de gran calidad, en el partido que se jugará en Anoeta el sábado 10 ante Estados Unidos Hay entradas a la venta en rugbyusasamoa.com.

La selección es conocida en el mundo del rugby como Manu Samoa, un nombre que proviene de un guerrero muy famoso en el país llamado Manusamoa Isamaeli. Dos de esas palabras, Manu y Samoa, significan ave en su idioma. Tienen una haka, una danza de guerra, llamada Siva Tau, al igual que Nueva Zelanda, la más famosa, Fiyi o Tonga.

Cuentan las leyendas samoanas que esa danza se realizaba antes de una batalla. Comenzaron a cantarlo en el Mundial de 1991 y desde entonces lo hacen en todos los partidos. Forma parte de su cultura y también del espectáculo que envuelve a sus encuentros.

Fueron los hermanos Maristas quienes introdujeron el rugby en Samoa en 1920. Si nos centramos en la actualidad, nos encontramos que la lista de 31 jugadores que han dado para venir a San Sebastián tiene jugadores de Nueva Zelanda, Japón, Inglaterra, Francia...

Ocho de ellos pertenecen a clubes ingleses, en equipos como Newcastle Falcons (Logovi'i Mulipola), un primera línea espectacular que ha jugado en Leicester. Hay dos jugadores del London Irish (Teofilo Paulo y Ofisaa Treviranus), uno de Gloucester (Motu Matu'u), de Shale Sharks (Tala James Ioane) y de Norhampton Saints (Ah See Tuala). También, cuatro de Bristol (Jordan Lay, James Lay, Tusi Pisi y Alapati Leiua). Cuentan con un ganador del Super XV, la mejor liga del mundo, con los Crusaders de Nueva Zelanda, Donald Brighou.

A ellos se añaden cinco del Top 14 francés que juegan en Perpignan (Leiataua, Mamea Lemalu), Stade Français (Paul Alo Emile), Toulouse (Piula Faasalee), Clermont (Tim Nanai Williams), uno de Japón, Mitsubishi Dynaboars (Faifili Levave).

Y así podríamos seguir con otros equipos como Newport Dragons (Gales) y Cardiff Blues (Escocia), a los que se añaden los que juegan en Otago, Northcote, Tasman... Un equipazo que ha ganado hace unos años a muchas de las grandes selecciones que ahora están por delante en la clasificación del World Rugby como Gales, Australia o Sudáfrica. Perdieron con Nueva Zelanda en Apia, la capital del país, en 2015, por 16-25. Una Samoa que si pudiese trabajar con tiempo pondría en serias dificultades a muchos de los grandes. Es un rugby que es una explosión física a todos los niveles, tanto en su delantera como en sus línea de tres cuartos. Un rugby al que castigan la falta de una federación más potente económicamente y la diáspora que tienen por todo el mundo, porque también hay una colonia importante de samoanos en Estados Unidos.

Las entradas para el partido USA-Samoa pueden comprarse en la web www.rugbyusasamoa.com a un precio que oscila entre los 14€-27€ . También pueden adquirirse en multitud de puntos físicos que aparecen detallados en dicha web, como la oficina de Turismo de la Parte Vieja o El Diario Vasco.