María Pérez sufre un mazazo al ser descalificada en los 20 kilómetros marcha

La prueba, disputada bajo un sol de justicia a lo largo del Boulevard Martin Luther King de Eugene, salió a todo tren bajo el impulso de la china Quieyang y la peruana Kimberly García, a la postre la atleta que se hizo con el título. María Pérez trató de resguardarse en el grupo perseguidor, formado por media docena de marchadores, pero pronto comenzaron a complicarse las cosas. A una prueba demasiado descontrolada desde el inicio se le unieron los avisos, que llegaron muy pronto. Para una marchadora que aspira a todo, recibir dos advertencias de los jueces cuando apenas se han superado los cinco kilómetros se antojaba un lastre muy peligroso, una amenaza en cuanto intentara forzar el ritmo en la parte decisiva de la prueba. Pero ni siquiera tuvo opción porque a mitad de prueba ya llegó la temida sanción de dos minutos.

Se da la circunstancia de que es la segunda situación similar que vive María Pérez esta temporada. En abril, en la cita de la World Athletic de Podebrady (Chequia), la granadina fue detenida en boxes cuando apenas llevaba siete kilómetros de carrera porque los jueces consideraron que había descuidado su marcha. Y aunque volvió a la carga, fue descalificada en el diez. Ayer también decidió seguir pese a haber perdido todas las opciones y emprendió una marcha en solitario que la llevó a finalizar volvió a suceder lo mismo. Pese a su empeño en remontar, sufrió el golpe definitivo con un nuevo aviso en torno al kilómetro 14 que supuso su descalificación.

Al menos dentro de un mes le queda la segunda oportunidad, la de volver a ser campeona de Europa de 20 kilómetros marcha en la cita continental de Múnich, pero después del regusto amargo del pasado año con su cuarta plaza en los Juegos, el disgusto de ayer fue importante para la pupila de Jacinto Garzón, que deberá resolver para agosto los problemas técnicos de las últimas citas.