Lucas Eguibar juega en casa

Tras un gran inicio en la Copa del Mundo, con el cuarto puesto en Montafon (Austria), Eguibar no pudo estar entre los mejores en Cervinia (Italia) pero sí en Big White (Canadá), donde fue octavo. A Sierra Nevada llega en el 'top ten' de la general y dispuesto a pelear con los mejores al amparo del público español. «Estoy con muchísima ilusión, delante de la familia y de los amigos y en un circuito en el que me siento especial», señala Eguibar. No en vano, en Sierra Nevada conquistó en el Campeonato del Mundo en 2017 dos medallas de plata en categoría individual y por equipos. «Me sentí muy bien aquel año y espero volver a repetir algo así», añade.

«En los últimos circuitos de la Copa del Mundo no acabé de sentirme del todo bien y sabía que podía ocurrir por el tipo de trazados, pero en Sierra Nevada es totalmente diferente. Me gusta mucho la pista y lo afronto con muchas ganas. Luego ya sabemos que puede pasar cualquier cosa, pero me encuentro bastante bien, de forma física y en el aspecto técnico», explica el 'rider' de San Sebastián horas antes de afrontar la prueba.

Eguibar llega pletórico, después de imponerse en una Copa de Europa con hasta una veintena de corredores de la Copa del Mundo como Alessandro Hämmerle, número dos actualmente, o los equipos alemán y austríaco al completo. «Estar entre los quince mejores de la Copa del Mundo habitualmente se puede conseguir, pero estar muy arriba siempre nos cuesta a todos», explica.

El donostiarra, abanderado español en los Juegos de Pyeongchang asume como algo positivo ser la cara visible del snowboard en España. «Me ilusiona ser la imagen de los jóvenes que están empezando, ser uno de los corredores que están delante, conseguir nuevos objetivos y ayudar a la gente», señala Eguibar, al que la vorágine de la competición impide ser víctima de su propio éxito.

Atrás quedan los orígenes en el esquí, una modalidad «muy diferente» al snowboard en el que Eguibar se inició por una cuestión de tradición familiar. Tras varios años instalado en la élite del deporte de la tabla, sigue progresando cada día. «Nunca acabas de aprender, una formación perfecta es imposible. Puedes ganarlo todo pero nunca vas a ser perfecto. Siempre hay pequeños detalles por pulir», recuerda como forma de entender el día a día. Sólo así es posible mantenerse entre los mejores.