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Carolina Marín está de vuelta. Por el camino once meses de dura recuperación, todo menos un camino de rosas que solo los grandes campeones pueden recorrer con una voluntad de hierro para regresar a lo más alto. Faltaban semanas para los Juegos Olímpicos de Tokio, ... donde la onubense aspiraba a revalidar el oro de Río'2012, cuando una rotura del ligamento cruzado anterior y los dos meniscos de su rodilla izquierda dio al traste con todos los sueños.
Adiós a los Juegos, la cita soñada para cualquier deportista, y adiós también al Mundial de diciembre de 2021 en Huelva, su casa. No obstante, nada que pudiera detener el incombustible espíritu competitivo de una de las mejores deportistas españolas. Carolina Marín fijó el horizonte en el Europeo de Madrid y en la capital española ha acabado por conquistar su sexto título continental de bádminton, los seis de forma consecutiva y que la sitúan como la mejor de la historia del torneo femenino individual.
El último obstáculo en el Centro Municipal Deportivo de Gallur, vestido de gala para la ocasión, era la escocesa Kirsty Gilmour, empeñada en conquistar al fin el oro europeo en su tercera final. Nada pudo hacer ante un vendaval. Un parcial inicial de 5-0 en el primer set dio buena muestra de las intenciones de la española, intratable para cerrar la primera manga con un contundente 21-10.
A favor de obra, el tono no varió ni un ápice en el segundo set, resuelto también en favor de Carolina por 21-12. Lágrimas de emoción, forjados en tantas y tantas jornadas de rehabilitación, de puesta a punto y de duro entrenamiento para volver a ser la que fue. La campeona olímpica y tricampeona mundial está de vuelta, con la mirada fija en el Mundial de Tokio del próximo mes de agosto, y quizás también en los Juegos de París de 2024, la revancha definitiva ante el infortunio de sus lesiones.
De Madrid se va con su sexta presea dorada en Europa, pero también con las sensaciones necesarias para aspirar a todo en el futuro. Cinco victorias y solo un set perdido en todo el torneo. Debutó con un contundente 21-10 y 21-6 ante la checa Katerina Tomalova en segunda ronda; pasó por encima de la ucraniana Maria Ulitina en tercera ronda (21-7 y 21-8); sufrió contra la danesa Line Hojmark Kjaersfeldt en cuartos (21-11, 14-21 y 21-17) y aseguró la medalla frente a la turca Neshilan Yigit (21-14 y 21-13), para finalmente coronarse de nuevo ante una impotente Gilmour y con el público madrileño rendido a la campeona que siempre retorna, pase lo que pase por el camino.
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