Tiger Woods, detenido por conducir ebrio en Florida

En las primeras versiones, fuentes policiales informaron de que aún no estaba claro si el que fuera mejor golfista del mundo dio positivo en las pruebas para alcohol y drogas. Tampoco aclararon en primera instancia si Woods iba solo o con más gente en el vehículo.

Woods prosigue, en todo caso, su alarmante cuesta abajo. Alcanzó la cima de la clasificación mundial en 1997 y dominó el escalafón como no lo había hecho nadie antes. Mantuvo incluso el récord de semanas consecutivas (281) en el puesto número uno. También disfrutó un número sin precedentes de semanas (633) en el primer lugar de salida a lo largo de su carrera.

A partir de entonces, las lesiones comenzaron a hacerle pagar las consecuencias de tantos esfuerzos y desde el 2014 la carrera del estadounidense entró un declive tan severo que a día de hoy aparece por detrás de los 700 mejores jugadores del planeta, según el ranking de la PGA.

Woods, de 41 años, ganador de 14 grandes y de 79 títulos en el PGA Tour, se había sometido el pasado abril a su cuarta intervención quirúrgica de espalda para aliviar los dolores crónicos que padece. Su último torneo fue el 3 de febrero en Dubái, donde firmó una tarjeta de 77 y se retiró al no poder soportar tanto dolor.

Woods escribió en su página web la semana pasada que desde su última operación se sentía mejor de lo que había estado durante años y se mantuvo comprometido a volver al golf competitivo.

"Mi cirujano y fisioterapeuta dicen que la operación fue exitosa, es sólo cuestión de esperar", escribió Woods. "Estoy caminando y haciendo mis ejercicios, y llevando a mis hijos a la escuela. Todo lo que puedo hacer es tomarlo día a día. No hay prisa. Quiero jugar golf profesional de nuevo", subrayó.

Considerado el mejor jugador de golf de la historia, Woods protagonizó en 2009 un escándalo que llevó a la ruptura de su matrimonio con Elin Nordegren al confesar públicamente haberle sido infiel en reiteradas ocasiones por sus problemas de adicción al sexo.