Víctor Soto
Domingo, 29 de enero 2017, 00:23
Alejandra Sáenz no se sorprendió cuando le dijeron que iba a conocer al conjunto de gimnasia rítmica que había logrado la plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. «Sabía que iban a venir», aseguraba con la contundencia que le otorgan sus ocho años. ... Ayer, en el Palacio de los Deportes, pudo por fin conocerlas. Porque las últimas semanas se habían hecho largas para ella y para sus compañeras del ADT Calahorra. Lo primero que hizo fue hacerse una foto con Alejandra Quereda, una de las gimnastas olímpicas. «Como nos llamamos igual, es mi favorita», se sinceraba la joven calagurritana.
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Quereda, como todas sus compañeras, fueron ayer las pacientes protagonistas de una jornada de gimnasia rítmica que acabó entre sonrisas, aplausos y agradecimientos. Estrellas de andar por casa, humildes y trabajadoras. Reinas de un deporte grande que sólo conquista el foco mediático en días contados y a golpe de éxitos incontestables. La antítesis del fútbol, pero con el doble de esfuerzo.
Lea el reportaje completo, este domingo en Diario LA RIOJA O Kioso y Más
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