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Javier Bragado
Viernes, 1 de abril 2016, 00:17
Roberto Aláiz (León, 20-7-1990) intentó ganar altura en Toluca con vistas a su meta olímpica. En tierras mexicanas compartió sesiones con otros atletas como Daniel Arce, Sebas Martos y Jorge Blanco en una fase clave de su pretemporada. «Hemos fijado dos ... concentraciones. Una antes del Campeonato de España de cross en febrero y otra en Kenia en abril para empezar la temporada al aire libre. Después ya vendrán las competiciones de verano y los Juegos Olímpicos», citaba el deportista antes de viajar a Norteamérica para poner su cuerpo a punto a 2.680 metros sobre el mar. Pero el dolor volvió a castigar el tendón, ese que le frena y que le ha obligado a cambiar los esquemas.
De vuelta a España, Aláiz aguarda a quemar millas, millas y millas con la prudencia como motor. Pero sin saltar. Por mucho que el cuerpo reclame con nostalgia. «A veces en invierno, cuando no estás tocando vallas ni obstáculos, lo echas de menos. Pero en 2014 me jugó una mala pasada, me hice daño en el tendón y acabé de ellos un poco harto. Si recupero bien el tendón lo volveré a coger con mucho cariño», avanzaba sobre sus fases de preparación.
Quiere una plaza en Río 2016, pero la elección de su especialidad para acudir a los Juegos Olímpicos no dependerá de sus apetencias, sino de una zona fundamental de su cuerpo. Ha tenido que descartar la carrera de las vallas para no arriesgar su físico, aunque era su opción preferida y la única en que tenía mínima (8:19.85). «Es la prueba que siempre me ha llamado más desde pequeñito. Es una prueba diferente, son 35 obstáculos, es una prueba de fondo (y a mí siempre me ha gustado el fondo) y con el hándicap de la ría. No es lineal, tiene muchos cambios de ritmo y desde fuera es la más vistosa y la más visual», detalla con deleite.
Los últimos síntomas han empujado al leonés, que en los Campeonatos de España en pista cubierta abandonó en las primeras vueltas para volver a dar vacaciones al tendón que derribó a Aquiles en Troya. El pie no ha perdonado y Aláiz tendrá que ver de lejos la carrera más peculiar del atletismo. Se ha decantado por la opción de aumentar dos kilómetros y eliminar las vallas porque el atleta considera que su punto fuerte es la resistencia. «Para un 1.500 (metros) no soy un tío lento, pero me falta ese 'rush' (carga) final que en un 'milqui' y en 800 (metros) tienen. Soy más de 5.000. De hecho, en Zúrich quedé quinto en los Europeos. Si no fuera por los obstáculos sería mi prueba idónea», recuerda el estudiante de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Más allá de sus problemas físicos, el asunto de la clasificación no será fácil. Cada delegación se verá limitada en Río con un máximo de tres plazas por país y ahora la rivalidad es alta. «Sé que en España hay un tremendísimo nivel y mis compañeros me lo van a poner realmente difícil», confiesa Aláiz, porque Ilias Fifa, Aelemayehu Bezabeh y Jesús España ya tienen la minima.
El atleta entrenado por José Enrique Villacorta renunció al Campeonato de España de campo a través y observa los próximos Campeonatos de Europa al aire libre como su oportunidad de repesca. El fondista espera alcanzar en mayo su mejor nivel con vistas a los Campeonatos de Europa de atletismo que se celebrarán en Ámsterdam desde el 6 al 10 de julio. Entonces será el turno que tanto ha estado esperando el leonés. Hasta entonces tratará de recuperar y fortalecer el punto débil que acabó con Aquiles. Acaba de regresar a la carrera. Como el héroe, espera al menos pisar la tierra soñada de Río, su Troya, antes de darse por vencido o de que le derroten.
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