Secciones
Servicios
Destacamos
Javier Bragado
Sábado, 5 de diciembre 2015, 03:21
Marta Mangué (23-4-1983) ya no es la misma. Lo certifican sus actos y sus palabras. La grancanaria se ha transformado en una capitana comedida y hasta tímida para ejercer las tareas de portavoz de sus compañeras. «Hace muchos años que no soy una ... cabra loca. El tiempo pasa, tengo 32 años y al final tienes una madurez dentro y fuera de la pista para afrontar todos los problemas. Lo he demostrado y no hay ninguna duda», se justifica la lateral derecho del Brest bretón. Aquella explosiva lengua fuera de la pista ha dado paso a una mujer que asume la responsabilidad por sus compañeras, quienes cariñosamente la llaman 'Choco'. Debutó con la mayoría de edad y a la hora de comparar se observa la evolución forzosa, aunque siempre se escapa un punto atrevido: «La verdad es que no me esperaba estar tanto tiempo en la selección. Llevo tantos años aquí, que no me echan con agua caliente».
Paradójicamente, el mayor obstáculo para que extendiera su carrera durante largo tiempo en el balonmano fue su genética y capacidades atléticas. Durante su adolescencia brilló en lanzamiento de jabalina y de disco hasta el punto de plantearse una carrera cerca del tartán. Eligió el deporte de equipo. «Acerté porque el atletismo no me transmitía lo que siento con mis compañeras en la cancha, que no es lo mismo que cuando estás compitiendo sola; el apoyarte, en los malos momentos están tus compañeras. Eso de lanzar sola eres tú, tú, tú y sólo tú», recuerda con un suspiro. Por supuesto, Mangué está segura de que acertó desde el primer momento. «Creo que lo tuve claro desde el momento en que la Federación de Atletismo me dijo: 'tienes que decidirte ya lo que quieres hacer' y yo dije 'balonmano'»
La atleta nacida en Las Palmas de Gran Canaria no ha perdido ese látigo encarnado en su brazo, aunque ahora lanza la pelota hasta el fondo de la red desde lateral. Tampoco ha pedido la fuerza y fogosidad con que atraviesa las líneas defensivas. De hecho, su estilo le ha valido el bautismo de 'la pantera', un apodo que destaca su agilidad y fiereza, aunque ella prefiere incorporarse al del grupo. «Las guerreras es nuestro apodo y hay que llevarlo a lo más alto. Ese sí me gusta», reclama.
Además de capitana es la máxima goleadora de la selección española de balonmano (978 tantos) y aspira en el Mundial de Dinamarca a superar la mágica cifra milenaria. El camino parece preparado porque en la fase de grupos se enfrentarán a Kazsajistán, Rusia, Rumanía, Puerto Rico y Noruega. «El equipo está bien y deseando empezar con el primer partido. Nos viene bien que el primero sea Kazajistán para quitar los nervios en el primer partido y poder romper el hielo, por así decirlo», concede la canaria. La Mangué más madura ha llegado a Dinamarca, pero con una actitud que conjuga el atrevimiento de la adolescencia y las lecciones de la experiencia para repetir éxitos: «No tenemos grandes estrellas, sino que tenemos varias estrellas que hacen que el equipo brille».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.