colpisa / afp
Jueves, 29 de octubre 2015, 18:54
Un instrumento de marketing, una fuente de inspiración para los hinchas o un motivo de irritación para los no apasionados por el deporte: los All Blacks, que se enfrentan a Australia el sábado en la final del Mundial de Inglaterra, son mucho más que un ... simple equipo de rugby para los neozelandeses.
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Un país con dos grandes islas en el Pacífico sur, a cuatro horas de avión de Australia, con una población de 4,5 millones de habitantes, en un territorio natural impresionante... Es Nueva Zelanda, que entre todos sus emblemas tiene uno destacado: su selección de rugby.
«Gran parte de la gente cree que los All Blacks son una marca mundial y que sus resultados tienen repercusión internacional», explica a la AFP Greg Ryan, historiador del deporte en la Lincoln University.
Greg Ryan subraya que esa conclusión debe tomarse con cierta prudencia debido a la popularidad «relativa del rugby», muy desigual según los países. Pero el primer ministro, John Key, no ve tantas limitaciones.
«Los All Blacks son los grandes embajadores de Nueva Zelanda», declaró el pasado mes. Permiten a los neozelandeses una gran promoción internacional, alegrías deportivas y la sensación de «boxear en la categoría superior», según el que fuera medio melé del equipo nacional Justin Marshall, que jugó 85 partidos de negro entre 1985 y 2005.
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