Kevin López: «A ver si puedo rascar el oro que me falta»

En la pista de Praga el sevillano tendrá que desarrollar sus mejores características. «Mi punto fuerte es esa explosividad, acelerar rápido. Hay atletas que pueden ser más rápidos que yo pero a la hora de acelerar puedo meter esa distancia que puede ser determinante», analiza quien en los últimos tiempos ha prestado atención más a la pelea por las calles porque considera que sus marcas son competitivas en Europa. «Todos los corredores de 800 planificamos la carrera antes, pero luego es muy difícil que salga así porque el 800 es muy impredecible. Intento valorar todas las opciones. A veces salen bien, a veces mal y otras una posibilidad que no barajas. Todavía me queda la estrategia de saber colocarme, de coger mi sitio. Ese es mi punto a mejorar», confiesa sereno.

Enfocar la planificación de la carrera junto con la preparación física es una fase natural de la madurez del atleta. Entrena en Sevilla la mayor parte del año, a las órdenes de Francisco Gil, con Luis Alberto Marco y el cubano Mauri Castillo como compañeros de entrenamientos. Son doce años por su tierra, lejos de los centros de alto rendimiento y sólo cuando aprieta el calor hispalense en el verano se muda con sus compañeros de correrías a Segovia. «Estando en casa, con un buen grupo y un buen entrenador ¿para qué cambiar? Quizás me plantearía cambiar cuando las cosas no fueran bien», explica. El sistema le ha funcionado. Bronce en los Campeonatos de Europa en pista cubierta en 2011 y plata en 2013, la ausencia del polaco Adam Kszczot abre la puerta para una progresión de oro bajo techo. ¿Qué hay en Sevilla para que crezcan fondistas de tan alto nivel? «Nunca sé responder y me lo han preguntado millones de veces. Quizás sea por la tradición: empezó Reina a ser el referente de 800 a nivel nacional y europeo y cuando tienes a alguien tan bueno quieres ser como él y en esa prueba. No le encuentro otra explicación... o quizás es casualidad», comenta.

La importancia de Kevin López se enmarca con la confianza de un atletismo español que se abre paso entre la era dorada de Barcelona92 y el pesimismo del futuro. El sevillano, apasionado del tartán, desea elevar su listón para los que le siguen avancen más lejos. «Para mí es un halago que me tengan como referencia, pero ahora mismo hay muchos referentes de mi generación: David Bustos (1.500 metros), Javier Cienfuegos (lanzamiento de martillo), Eusebio Cáceres (salto de longitud)... mucha gente buena del 90 y del 91. Ojalá podamos servir, como en mi caso Antonio Reina, para que tengan esa ilusión y esas ganas de entrenar por emularnos y conseguir algo para el atletismo español», anticipa. No obstante, durante los próximos días el loreño se fijará más en otras referencias: en París se colgó un bronce y en Gotemburgo una plata. Ahora toca Praga y enlaza sus deseos con muy poca incertidumbre: «Voy a intentar estar en el podio como en los últimos años y a ver si puedo rascar la que falta».