Deportistas jubilados, después de la gloria hay futuro

El nombre de 3.59 hace honor al atleta británico Roger Bannister, el primero en bajar de 4 minutos en la milla. Un dato y un ejemplo al que se refiere Luis Pasamontes, exprofesional del ciclismo de 35 años que se retiró en 2012 con la camiseta del Movistar. Ahora trata de aplicar su experiencia para despejar el futuro de aquellos que carecen de proyecto profesional.

"El proyecto surge de mi experiencia en el deporte. Cuando comencé a preparar la retirada contacté con esta empresa, donde dos expertos, Alvaro Merino y Pedro Diaz me explicaron que después del deporte hay vida, que no tengo por qué seguir en el deporte, que hay más cosas. Pensé en aprovechar mis conocimientos para ayudar", explica Pasamontes. En el deporte están los profesionales que llegan a vivir de ello, pero a menudo se olvida de los aficionados que se quedan en el camino, sin ninguna preparación ni estudios.

Fuera de las canchas o de las carreteras muchos deportistas se enfrentan al abismo, no saben dónde ir. Desde 3.59 se utiliza la brújula del futuro para orientar a aquellos que buscan formación académica o montar un negocio. "A todos les hacemos una entrevista para conocerlo, luego le aconsejamos y entra en un proceso que dura seis meses", explica el exciclista.

Los deportistas siempre dependen de otras personas, de los entrenadores o directores, que les indica lo que tienen que hacer. En 3.59 se trata de proporcionar las herramientas para que se sirvan ellos mismos y tomen decisiones. "Tienen conocimientos, pero no los saben aplicar en el mundo laboral". Sirva como ejemplo el caso de un futbolista que ha ejercido durante 17 años y ha sido capitán del equipo. "Eso sería porque tenía capacidad de liderazgo, lo que puede trasladar al mundo laboral".

Para evitar las situaciones difíciles cuando llega la retirada, lo primordial para Pasamontes es la prevención, como si del mundo de la medicina se tratara. "Hay que anticiparse al momento de la retirada. Tienes que saber hacia dónde ir. Eso da tranquilidad y evita el miedo con el que vives en el deporte, ya que te puedes lesionar o renovar contrato o no". El deportista de élite, comenta Pasamontes, no vive en un mundo real durante la competición profesional. Solo se dedica a competir, pero "no se trata de una profesión, sino más bien de una actividad que dura pocos años".

El deporte representa un gremio con dos profesiones, la competición en sí y la que se ejerza después de la retirada. Pasamontes cita como ejemplo de Kobe Bryan, un mito del baloncesto en la NBA, quien en alguna ocasión ha mostrado su preocupación por su futuro cuando abandone las canchas, a pesar de que no tiene problemas de dinero.

Al deportista se le exige que rinda, pero nadie se preocupa por su futuro. Al abandonar el deporte muchos no saben realmente quienes son, no tienen identidad, por eso el proyecto en cuestión "trabaja con personas, no con deportistas". La clave "está en anticiparse", ya que cuando un deportista está en activo no piensa en el futuro y cree incluso que va a vivir de las rentas. "Pero si te retiras antes de lo que piensas y no tienes nada, surgen los problemas", asegura en la conversación.

Muchos intentan alargar la carrera por miedo a lo desconocido, piensan que no saben hacer otra cosa. Buscan la excusa de una renovación o una lesión. Pasamontes recuerda el caso del ciclista canadiense David Vielleux, quien dejó la bicicleta a los 27 años porque su objetivo como ciclista era correr un Tour. Una vez que completó la carrera francesa se dedicó a sus estudios de ingeniería y a formar una familia.