Jesús España: «Me veo igual que cuando me colgué el oro de 2006»

¿Cómo ha vivido un año en que la Federación ha fijado mínimas más severas?

Quizás la marca del 5.000 era más asequible que otros años pero sobre todo por la rivalidad con cuatro atletas con un nivel muy bueno porque sólo podíamos ir tres al Europeo. Sí había esa presión en el campeonato de España, pero viene bien porque te entrena y te ayuda a ser capaz de competir en un gran campeonato como va a ser el caso de Zúrich.

Precisamente usted perdió su trono de campeón de España en Alcobendas. ¿Eso le desanimó?

Por un lado tengo tristeza porque me encontré bien. No había otra cosa en mi mente que ganar y estaba convencido de ello hasta que quedaban 200 metros. Luego tácticamente corrí mal al final y estos chavales me sorprendieron sin menospreciar un ápice su carrera porque corrieron fenomenal. Me sorprendieron para bien porque tenían un nivel muy alto. Lo positivo fueron las sensaciones que tuve y lo negativo que quería conseguir el título y quedé tercero. Me estoy encontrando bien entrenando, allí me encontré bien y al final eso es lo más importante.

Toni Abadía y Roberto Alaiz también competirán Zúrich. ¿Les verá como rivales o como aliados?

Son amigos, chavales que son buena gente. Toni ha entrenado conmigo muchos años. Me fastidió que me ganara pero me alegró que fuera un chaval como él. Te da, sobre todo, una espinita y la rabia de que me hubieran ganado la tengo guardada para un momento importante como Zúrich. Todo es positivo y el ambiente va a ser positivo entre los tres. Eso también ayuda, convives tres días y el ambiente ayuda a los atletas.

¿Le piden consejos?

Hablamos mucho, especialmente con las tecnologías. Ellos son chavales que pese a la juventud son bastante maduros, saben bien lo que tienen que hacer y tienen sus entrenadores. Si necesitan mi ayuda les voy a ayudar, por ejemplo si necesitan mi experiencia en esos momentos previos de la cámara de llamadas porque si estás allí no lo conoces. Ellos han competido bien en categorías inferiores, son competitivos y van a estar arriba seguro.

¿Qué hay de diferente en los Europeos?

Personalmente, cuando he estado bien de forma en un Mundial he estado séptimo, octavo o décimo porque tienes tres kenianos, tres etíopes, tres de Baréin que también son keniatas y al final vencer a los africanos es más complicado, pero sabes que si estás a ese nivel vas a estar a arriba. Al atleta le gusta ganar. En ese sentido la presión será mayor porque las expectativas son mayores. Aparte de eso, eres más protagonista porque te ves capaz de ganar y eso es lo que los deportistas buscan.

¿Cuál es su objetivo real en Zúrich?

Me estoy encontrando muy bien entrenando, espero que todas esas sensaciones se plasmen también el día de la carrera y voy a luchar por lo máximo. Mi objetivo es salir, ser competitivo, y pelear por todo hasta el final. No descarto nada. Tengo un oro de 2006 y una plata de 2009 y yo me veo igual o más competitivo que en esas ocasiones. Quizás por el resultado de Alcobendas y por la marca de este año voy con un poco de presión externa, aunque la presión más importante es la que me pongo yo y yo voy a luchar por estar como siempre.

¿Siente que la exigencia de medallas es demasiada presión?

No es presión pero es injusto con mayúsculas. Entre un tercer y un cuarto puesto puede haber un centímetro, una centésima y que el tercero sea bueno y el cuarto malo me parece injusto. El baremo de finalista es más justo para valorar el potencial de un país y el rendimiento de un atleta. Si hay seis tíos muy buenos en una prueba puedes ser primero, segundo o sexto y si has estado ahí y has sido competitivo es bueno independientemente del resultado final de la prueba. Por eso, hablar sólo de medallas me parece injusto.