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Javier Bragado
Viernes, 11 de julio 2014, 12:17
Saúl Craviotto se sabe especial. Se ha colgado una medalla de oro y otra de plata en unos Juegos Olímpicos, compagina su carrera de deportista con su trabajo como policía y puede permitirse el lujo de reducir sus exigencias en algunas competiciones. Pero no siempre ... contó con tantas facilidades. «Recuerdo que antes de ser medallista tenía que echar currículos a empresas y no salía nada. Contactaba con muchos patrocinadores y no me hacían caso. Ahora estoy pasando por un momento muy bueno y soy un privilegiado», señala con una sonrisa uno de los deportistas más admirados por sus compañeros y que sirve de ejemplo para las autoridades. Sin embargo, Craviotto reconoce que la situación de los atletas no es tan favorecedora como la suya. «Tengo compañeros que lo están pasando mal, que no tienen las facilidades que tengo yo, que no tienen becas. Se han notado muchísimo los recortes pero se está haciendo un esfuerzo por parte del COE, CSD y todos y se va solventando un poco la crisis», explica uno de los impulsores de la campaña 'los 16 de Brasil 2016' con la que la Federación Española de Piragüismo intenta atraer patrocinadores para sustentar a sus deportistas al menos hasta que termine el próximo ciclo olímpico.
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En el plano deportivo a Craviotto sólo le preocupa la posibilidad de que su modalidad se retire del programa olímpico en las sucesivas negociaciones entre el COI y la federación internacional. La audiencia es el principal factor y la clave es la necesidad de hacer hueco a una de las modalidades femeninas en los Juegos. Tampoco el catalán está preocupado por este asunto porque trataría de reciclarse sólo si se ejecutara la improbable desaparición de su prueba (K1 200 metros) en los Juegos de 2016. Por el momento, prepara su inminente participación en el campeonato de Europa en Brademburgo contra algunos grandes rivales habitaules como el sueco Petter Öström. El español remará con su kayak este sábado en el canal germano pero reconoce que sólo le servirá como prueba porque su objetivo real se fecha dentro de un mes: el Mundial de Rusia. «El año 2013 fue muy positivo con una preparación más tardía pero con un bronce que no esperaba en un Mundial. Esta temporada me la tomo más en serio», asegura con la tranquilidad de cumplir con un calendario que se fija a largo plazo. «La planificación está pensada en llegar bien a Río de Janeiro a 2016. Sacar una tercera medalla sería espectacular para mi currículo», dice jovial con la vista en laguna Rodrigo de Freitas donde se celebrará la competición olímpica. Faltan dos años para un camino que cuenta con su siguiente capítulo en Alemania y la piragua del privilegiado Craviotto ya está en el agua.
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