Secciones
Servicios
Destacamos
Pau Quemada (Logroño, 1987) jugó este domingo su último partido de hockey sobre hierba. Lo hizo en un campo magnífico, el Oi Stadium de Tokio, en unos Juegos Olímpicos y ante la selección más potente del mundo. No pudo, sin embargo, celebrar una victoria. Aunque ... España la rozó con los dedos durante muchos minutos, la exactitud de los belgas en los penalti-córner desbarató la estrategia de los 'red sticks'. Esta vez, al contrario tantas otras veces en este mismo campeonato, Pau no pudo ser el salvador.
Después de 289 partidos internacionales y tras haber festejado 123 goles con la selección, aquel chaval que a los siete años se trasladó de Logroño a Tarrasa y que escogió jugar el hockey, el deporte por el que había devoción en su nuevo colegio, cuelga el 'stick' para siempre después de haberse convertido en una leyenda. A la salida del campo, en la zona mixta y en declaraciones exclusivas para Diario LA RIOJA, Pau, con los ojos vidriosos por la emoción, repasaba su trayectoria vital. «Soy de padre riojano y madre catalana. Tuve la suerte de nacer en La Rioja y luego de irme a vivir a Terrassa y de ponerme a jugar al hockey, que era el deporte que había practicado mi abuelo. He disfrutado del cariño de todos y de los muchos amigos que he hecho en la selección». Quemada confesaba que ahora ya solo tenía una cosa en mente: «Mi único objetivo ahora es llegar a casa, abrir la puerta y abrazar a los míos. Lo estoy deseando».
El delantero riojano agradeció a su padre, ya fallecido, y a su madre su apoyo constante e hizo votos para que el hockey sobre hierba gane adeptos también en su región natal: «Ojalá mi figura sirviera para este deporte tenga mayor impulso en La Rioja. Pero no solo en La Rioja, en todo el país. Es un deporte genial, un deporte de equipo y habría que darle un empujón. A mí me encanta el fútbol y soy un apasionado del deporte en general, pero habría que salir del monocultivo del fútbol. El hockey se podría promocionar en muchisimos sitios. No hace falta un campo como este, azul, que se riegue cada hora y con unas gradas perfectas para empezar. Basta con una pista polideportiva y unos sticks. El resto ya viene solo».
En la hora de su despedida, Quemada advertía que el deporte de alta competición da más tristezas que alegrías, pero que aún así hay que disfrutarlo. «Yo lo he hecho y no cambiaría nada. Ha valido la pena cada minuto, cada viaje, cada espera en el aeropuerto, cada amigo, cada gol a favor, cada gol en contra... Y los momentos en equipo, fuera del hockey..., esas conversaciones en las que realmente conoces a la persona. Estos días he recibido muchas felicitaciones y mensajes de gente que hace mucho a la que no veo pero que forma parte de mi vida... Soy mayor ya. Ahora me toca encontrarme en casa con quienes más me han motivado. Este viaje ha sido brutal y ahora encararemos otro con una sonrisa».
Nació el 4 de septiembre de 1983 en Logroño.
A los 7 años se trasladó con su familia a vivir a Tarrasa.
Internacional con España en 289 partidos, en los que ha marcado 123 goles.
Diploma olímpico en Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.