Un oro compartido. Como amigos. Un gesto propio de una competición como los Juegos. Gianmarco Tamberi (Italia) y Mutaz Essa Barshim (Catar) disfrutaban sobre la pista y permitían deleitarse a las pocas personas que estaban en el Estadio Olímpico. Sus saltos, en la competición de ... altura, eran pura plasticidad, poesía para la vista. Al primer intento, superaban el obstáculo. Sin error. Y se plantaron en 2,37. Otro éxito. A por 2,39, récord olímpico del estadounidense Charles Austin. Ninguno lo consiguió. Tres nulos. Entonces el juez les pregunta si desean realizar un desempate para repartirse la gloria y el segundo puesto. O si prefieren dejarlo así. Dos preseas doradas. Se miran, se abrazan y ambos son los ganadores.
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Tamberi supera el 2,19. Su oponente empieza directamente en 2,24. Todo en orden. Uno tras otro van elevando el listón. Hacia arriba. 2,27, 2,30, 2,33, 2,35 y 2,37. Perfectos. Y llega el momento de la verdad. 2,39. Ninguno es capaz de rebasar esa frontera. Ahí se quedan. ¿Desempate?, les cuestiona el juez. No, responden. Deciden, en un ejercicio de deportividad, que el oro es para los dos. Mientras que el bronce queda para Maskin Nedasekau, un bielorruso de 23 años que también llegó a la barrera de los 2,37, pero que había firmado un nulo en 2,19 y otro en 2,35. Así que... Oro compartido con sabor a superación.
Porque tanto el catarí, de 30 años, plata en Londres y Río, como el italiano, de 29, aquel fue conocido, además de por su calidad por mostrar media cara afeitada y la otra parte no, han sufrido lesiones de importancia durante su carrera. Barshim, entonces campeón del mundo, se rompió los ligamentos del tobillo en 2018, en un intento por tumbar el récord del mundo de Javier Sotomayor, 2,45. Se ha recuperado a la perfección. Lo demuestra este oro. ¿Y el transalpino? Pues en 2016 se rompió el una lesión en el ligamento deltoideo, lo que le dejó fuera de los Juegos de Río a uno de los favoritos, en aquellos tiempos campeón de Europa. También sonrió este domingo.
Y lo hizo por partida doble. Porque poco después resultó ser testigo del triunfo de su compatriota en los 100 metros lisos, el nuevo Bolt. Marcell Jacobs y Tamberi se fundieron en un emotivo abrazo y estuvieron un buen rato en la pista de celebración.
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