Riojanos en los Juegos de la inspiración y la superación

Superación, inspiración, ejemplaridad, virtuosismo. Son calificativos que acompañan a las grandes gestas deportivas, como las vividas durante los pasados Juegos Olímpicos disputados en Tokio.

A partir de mañana, 24 de agosto, y hasta el próximo 5 de septiembre, 4.400 atletas de 160 países emergerán como ejemplos de esos valores que surgen en el deporte a través de sus proezas. Este martes se da la salida a los Juegos Paralímpicos, en el que sus participantes subliman al máximo los méritos alcanzados en sus Juegos hermanos.

Cierto es que estarán tanto o más coartados por el coronavirus que los olímpicos, pero organizadores, deportistas, entrenadores, jueces... se aferran al lema de los juegos, «Comparte tu luz», precisamente para dar la visibilidad que se merece un evento de esta categoría pese a que no contará con público para alentar y disfrutar en las gradas de las hazañas de los protagonistas. Sin embargo, «unos Juegos siempre son especiales y hacen que el esfuerzo llevado a cabo por todos, tanto en los entrenamientos como en las concentraciones previas, se vean de sobra recompensados». Lo dice Iván Vivaracho, miembro del Comité Paralímpico Español y uno de los tres riojanos presentes en Tokio.

Vivaracho se encarga de la logística de la expedición nacional y representa a La Rioja junto a Javier Canseco, fisioterapeuta integrado en el equipo médico español, y Darío Carreras, entrenador de la selección de natación.

Los tres destacan la calidad organizativa de los japoneses. «Hasta el momento está siendo espectacular. Son muy detallistas y respetuosos y no se escapa nada a su control. La gestión del COVID también está a la altura de las circunstancias y nos hace pensar únicamente en lo que nos gusta, el deporte», resalta Iván. «Que se celebren los Juegos, lo considero ya un éxito. Pero si hay que destacar algo es, sin duda, la amabilidad de los anfitriones», añade Carreras.

Cada uno tiene una perspectiva distinta desde su función particular dentro de este gran evento, pero los tres coinciden en lo singular y peculiar que hacen a los Paralímpicos distintos a cualquier otro acontecimiento de este tipo.

«Siempre he admirado a los deportistas, ya que todos transmiten valores muy importantes. Me enamoré en Barcelona 92 de los Juegos pero, para mí, los Paralímpicos tienen algo especial. Hay muchas y muy diversas historias de vida que inspiran y es una suerte poder aprender de ellas», desvela Carreras.

El directivo y el fisioterapeuta apoyan esta idea. «Como en los Olímpicos, el esfuerzo de cuatro años se concentra en unas semanas. Los deportistas trabajan muy duro para llegar en las mejores condiciones a esta competición, pero debemos sumar la historia de superación de cada participante. El deporte paralímpico no solo es deporte, sino también inspiración», concreta Vivaracho, y refuerza Canseco: «Los deportistas, aparte de excepcionales atletas de alto rendimiento que sufren la presión de la competición y de los resultados, tienen unas circunstancias personales que los hacen más admirables si cabe».

Carreras va más allá en sus aspiraciones de que los Juegos Paralímpicos sean valorados y cree que «lo más especial llegará el día en los Juegos Olímpicos y los Paralímpicos sean un evento único que empiece con la inauguración de los primeros y concluya en la clausura de los nuestros. Hará más representativo el movimiento deportivo global».

La emoción previa al comienzo es inevitable y los tres tienen entre sus pensamientos un hueco para acordarse de sus orígenes riojanos. «Siento ilusión, orgullo, reconocimiento –desvela Canseco–. A pesar de ser mis terceros Juegos y haber estado durante mas de 20 años en campeonatos internacionales como fisioterapeuta representando a España, estar de nuevo en unos Paralímpicos es algo indescriptible».

«Es un sueño desde que me adentré en este mundo y espero que mi trabajo sirva de inspiración para otras personas, como antes lo hicieron otros conmigo», coincide Vivaracho.

Carreras, por su parte, aclara que «hace años que ya no vivo en mi tierra, y nunca se va de visita todo lo que uno desearía, pero es muy especial cada vez que recibo una llamada o un mensaje desde allí. Me siento orgulloso de representarla y de sentir su cariño. La Rioja es tierra de buena gente». Además, cuenta que la tiene especialmente presente en la villa olímpica: «Aquí duermo con la bandera de La Rioja que me regalaron desde el Gobierno de la región colgada frente a mi cama y me ayuda a sentirme más cerca de mi familia y amigos».

Por último, los tres tienen un último deseo: que en los Juegos Paralímpicos de París 2024 haya, al menos, un deportista riojano. De momento, son ellos los que representan en Tokio el espíritu deportivo de La Rioja.

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