Un diploma que sabe a oro

Por otra parte, la gimnasia individual llega a su fin con sonrisas y lágrimas. La gran favorita, Kudryavtseva, realizó una competición impecable hasta las mazas, donde un fallo hizo que se le escapara la medalla de oro, que aprovechó su compatriota Mamun, que realizó una competición increíble. Un duelo digno de admirar, donde la dificultad, el virtuosismo y la belleza destacaban en cada uno de sus ejercicios.

El tercer puesto fue más destacado por el número de gimnastas que optaban a él. Rizatdinova, Staniouta y la coreana Son, tres grandes gimnastas que se enfrentaron en la pista para llevarse el bronce olímpico. Staniouta cedió la medalla en el ejercicio de mazas, donde tuvo dos fallos y no pudo controlar las lágrimas el sueño de la medalla se escapaba . Al final, el bronce se lo llevó la ucraniana Rizatdinova. Con una presencia en pista y una personalidad digna de admirar bordó cada uno de sus ejercicios. Brillante actuación también la de Son, que consiguió subir un puesto desde Londres 2012, cuando quedó quinta.

Nuestra española, Carolina Rodríguez, consiguió la octava plaza y el diploma olímpico. Un diploma que sabe a oro. La española se retira de este deporte con una gran trayectoria y cerrando por todo lo alto su carrera. Las miradas están en el conjunto español, que parten como favoritas después de adelantar a Rusia el primer día, con opciones de medalla, ¿se volverá a repetir el oro de Atlanta 96?.