Anna Cruz: «Fue una canasta de equipo; aún no me lo creo»

¿Qué tal ha dormido?

Me ha costado un poco, porque lo de ayer (por el martes) fue muy emocionante. Estoy muy contenta.

¿Qué se le pasó por la cabeza en el momento de lanzar a canasta?

No lo piensas con un tiro de esos. Sólo me fijé en que quedaban cuatro segundos y no me quedaba otra opción que tirar. Tuve suerte.

¿Qué se siente?

La verdad que nunca había metido una canasta así sobre la bocina para ganar un partido. Es mi primera vez y estoy muy contenta por todo el mundo. Me he visto el vídeo unas cuantas veces y todavía estoy que no me lo creo. Es algo muy grande.

Todavía estará recibiendo felicitaciones.

La verdad es que no doy abasto con los mensajes. Entre todo, lo que ha escrito Amaya (Valdemoro) me ha llegado mucho a mí y a mis padres, a quienes se les han escapado las lágrimas. Y a mí también. Estoy emocionada, también con lágrimas, porque lo ha escrito con cariño, como siempre, pero ha sido mucho más íntimo.

¿Es consciente ya de lo que ha conseguido?

Esa canasta no la metí yo, sino todas. No fue una canasta mía. Fue una canasta de equipo, porque todas estuvimos ahí empujando para llevarnos la victoria. No quiero centralizarlo en mí. Insisto en que la canasta fue de todas. Yo sólo ejecuté porque me tocó a mí y cogí el balón.

Como acaba de decir el seleccionador (Lucas Mondelo), ¿España es un equipo, más que una selección?

Sí. Ya se ve. Esto es como una familia, nos llevamos todos superbien, hay muy buen ambiente y estamos encantadas de venir aquí a la selección.

Esa es la clave que siempre apuntan los chicos del basket.

Así es. Llevamos jugando juntas muchos años, con mucha complicidad entre nosotras, nos entendemos muy bien en la pista y eso se refleja.

Aquí ya no hay sólo garra y deseo de dejarlo todo, sino también mucho talento y calidad, ¿no?

Está claro que tampoco nos la botamos en el pie (risas). Las doce que estamos aquí podemos aportar mucho, todas sumamos y si además le sumas que tenemos carácter, somos ambiciosas y tenemos esa garra, todo lleva a que el colectivo sea de esta calidad.

¿Se han sentido presionadas en algún momento, antes de llegar a Río o ahora, por ganar una medalla?

Somos un grupo que no hacemos mucho caso a lo exterior, a lo que pueda decir la gente de fuera o la prensa. Nosotras vamos partido a partido, somos muy conscientes de nuestras virtudes y nuestros defectos. Desde el Europeo en Polonia (2011), que lo pasamos tan mal, que quedamos del 9 al 1 2, este equipo ha dado un paso un paso hacia adelante y se merece estar donde estamos ahora mismo.

¿Qué daría por una medalla en los Juegos?

No sé... (risas). ¿Qué daría yo? (piensa un momento). No sé. Yo creo que para todas nosotras es un sueño conseguir una medalla olímpica. Es de las cosas más grandes que te puede pasar como deportista, así que yo creo que estaríamos dispuestas a dar cualquier cosas.

Toca Serbia. Ha caído Australia.

Ya pronosticamos que en cuartos seguro que habría alguna sorpresa. Para que se vea el nivel de estas Olimpiadas. Australia, un equipo muy potente físicamente, se ha quedado en cuartos, y eso le puede pasar a cualquiera. A un partido todo puede pasar.

A Serbia se la puede ganar, pero ya al menos hay dos opciones.

Nosotras no contemplamos eso. No hay que ser conformistas. Ya que estamos donde estamos vamos a ir a saco, a luchar como unas jabatas y a pelearlo como siempre hacemos.