igor barcia
Miércoles, 17 de agosto 2016, 03:42
Derek Drouin ha ganado esta madrugada un oro histórico para Canadá en la final de salto de altura. Un triunfo desarrollado sobre la pista del estadio olímpico de Río, pero gestado hace muchos años, incluso cuando el saltador nacido en Sarnia, una localidad cercana a ... Ontario, todavía ni había nacido. Su éxito llevó a todo un país a volver la vista atrás, a aquellos Juegos Olímpicos de Montreal76, cuando por desgracia para los organizadores, Canadá no sumó ningún oro en las pruebas que se desarrollaron en el estadio. Sólo hubo un atleta que estuvo en la pelea por lograr el título olímpico, el saltador de altura Greg Joy, que se tuvo que conformar con una plata gracias a su salto de 2,23, por detrás del polaco Jacek Wszola, que saltó 2,25.
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Aquel segundo puesto poco a poco tornó en leyenda con el paso de los años, ya que no hubo forma de que surgiera un nuevo saltador de semejante calidad hasta que en Londres 2012, por fin, un joven canadiense llamado Derek Drouin se colaba en el podio de salto de altura al ser tercero, un bronce compartido con otros dos atletas gracias a un salto de 2,29. Conozco la historia de Greg, sé que durante mucho tiempo fue el único saltador de mi país que logró una medalla olímpica y sé quién es para nuestro país, declaró emocionado. Entonces Drouin tenía 22 años, y sus palabras tuvieron algo de vaticinio. Estoy feliz si mi resultado puede estimular a futuros deportistas y a futuros olímpicos. Que mejor estímulo que convertirse con el tiempo en el mejor saltador del momento en cuanto a títulos, ya que el año pasado fue campeón del mundo en Pekín y esta madrugada ha logrado lo que Canadá tanto ansiaba, el título olímpico.
Lo ha logrado gracias a un concurso perfecto, sin nulos. Drouin ha empezado el concurso en 2,20 y desde ese momento, ha superado a la primera 2,25, 19, 33, 35, 36 y 2,38, altura que le ha dado el oro olímpico después de que sus dos grandes rivales, Mutaz Essa Barshim y Bohdan Bondarenko hayan hecho tres nulos. Drouin, uno de los atletas capaces de superar en un momento de su carrera deportiva la barrera de los 2,40, ya está a la altura de sus mitos. Porque si la referencia era Joy, al que ya ha superado, también ha dado caza al deportista canadiense que ha sido su espejos estos años. Recuerdo perfectamente el día en el que Simon Withfield ganó el oro en el triatlón de Sidney 2000. Me gustaría vivir lo que él vivió entonces. Ya no le hace falta imaginar. Desde esta noche ya sabe lo que se siente al ser campeón olímpico.
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