Manuel Sánchez
Martes, 16 de agosto 2016, 17:01
David Ferrer siempre se ha caracterizado por ser un gladiador. Tanto dentro, como fuera de la pista, Ferru siempre lo ha dado todo. Su estilo de juego ha sido calificado como aguerrido, luchador, pesado incluso para los rivales, que ven como tienen que ganar el ... punto cinco o seis veces antes de que David lo entregue definitivamente. Calificado como uno de los mejores tenistas que nunca ha ganado un Grand Slam, el alicantino ha tenido la mala suerte de convivir con algunos de los más grandes tenistas de todos los tiempos. Pese a ello, ha levantado 26 títulos, ha alcanzado la final de Roland Garros en 2013 y se ha mantenido durante siete años consecutivos dentro del top 20.
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Sus 34 años no hacen sino demostrar que con ganas y esfuerzo se puede jugar al tenis hasta que se quiera o al menos hasta que el cuerpo lo permita. Dentro del top 30 mundial solo tres tenistas igualan o superan su edad. Federer (35), Feliciano López (34) e Ivo Karlovic (37) completan el cuarteto de veteranos del ranking mundial. Sin embargo, mientras que Federer ha alcanzado la final de Australia, Feli ha capturado un título en Gstaad y Karlovic ha sumado dos trofeos a su palmarés, David Ferrer aún no ha encontrado su tenis en este 2016.
Malas sensaciones
La derrota en segunda ronda de los Juegos Olímpicos fue la gota que colmó el vaso. Evgeny Donskoy, número 81 del mundo, apartó a David Ferrer de la que puede ser su última aventura olímpica. Una derrota inesperada que se agravó con el desastre en el Masters 1000 de Cincinnati esta misma semana. Ferrer caía en primera ronda de un torneo del que fue finalista en 2014. De este modo, David llega a estas alturas de la temporada sin ningún título en su haber, algo que no ocurría desde 2009, año que acabó sin trofeos ATP pero con la conquista de la Copa Davis ante la República Checa. La situación es peor si se compara con otras temporadas. A estas alturas de 2015, Ferru había ganado el ATP 500 de Acapulco y los 250 de Río de Janeiro y Doha. En 2014 ya había vencido en Buenos Aires, mientras que en 2013 al torneo argentino sumó el ATP 250 de Auckland. No obstante, este año no ha alcanzado ninguna final y sus mayores logros son los octavos en Roland Garros y los cuartos de final en el Abierto de Australia. Un botín escaso para uno de los mejores tenistas de la última década.
Ferrer puede perder también una racha de gran valor. El alicantino ha estado presente en las últimas seis ediciones del torneo de maestros, algo solo igualado por Federer, Djokovic y Berdych. David ocupa en estos momentos el puesto 17 en la carrera a Londres por lo que se antoja complicado, pero no imposible, su participación en la fiesta de final de temporada.
El mal año de uno de los mejores tenistas de nuestro país puede explicarse por la edad, por el cambio de raqueta en 2016 o por simplemente tratarse de un bache en la dilatada carrera de Ferrer. Pese a estos contratiempos, al actual número 12 del mundo aún le quedan torneos en este 2016 para demostrar que quien tuvo, retuvo y que este punto negro es solo un espejismo.
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