Marc López (i) y Rafa Nadal (d) celebran su triunfo en el dobles.
Tenis

El día que Marc López ganó 6-0 a Rafa Nadal

Tras conseguir el oro en dobles, la pareja recuerda entre bromas el primer partido en el que se enfrentaron: «Siempre la misma historia», dice Rafa

Laura Marta

Domingo, 14 de agosto 2016, 12:21

La miró con cariño en el podio, descubriendo los detalles y los entresijos que hacían de su presencia un momento único. No se la soltó ni para atender a la prensa, tan feliz Marc López con su medalla de oro colgada al cuello. Tan risueño ... y agradecido que hasta pidió permiso para contar cómo conoció a Rafa Nadal, su compañero de juegos, de fatigas y de oro. «Pero ¿puedo contarla?». «Es que esa no es la primera vez que nos conocimos. Fue antes, pero tú te empeñas». «Bueno, pero déjame contarlo. La primera vez que vi a Rafa él tenía doce años, y yo catorce y fue en un entrenamiento. Nos dijeron que jugáramos juntos y...». «Y ahora os va a contar que me ganó 6-0. Eso es lo que va a contar». «Bueno, pero es cierto. El caso es que nos pusimos a jugar y le gané 6-0». «Es que siempre cuenta la misma historia, la tiene ahí en la cabeza y la recuerda siempre».

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Terminaron los dos riendo. A uno no le gusta perder, al otro le gusta pensar que una vez le ganó. A los dos les desbordaba la complicidad. La que los llevó juntos a colgarse el oro olímpico.

El mayor de los premios a su amistad, aunque antes hubieran disfrutado de algunos otros en las pistas. No es una pareja experimentada, ni siquiera una con los automatismos que otras poseen, pero es una natural que no jugaba junta desde Basilea en 2015 y que desde el primer entrenamiento en Río supieron que las cosas iban a funcionar.

Solo dobles desde 2014

López encontró en el dobles lo que vio que no iba a tener en el individual A pesar de sus inicios prometedores y su victoria sobre su ídolo Sergi Bruguera, el barcelonés se estancó y decidió probar suerte en el dobles de forma exclusiva a partir de 2014. Tan bien le fueron las cosas que llegó a ser tres del mundo. Tan afianzada su amistad con Nadal que este lo metió en la Copa Davis. Tanta confianza entre los dos que en su primer torneo como pareja, en Doha 2009, se llevaron el trofeo.

A partir de ahí, una cuarentena de partidos en los que celebraron otros tres títulos: el Masters 1.000 de Indian Wells en 2010 y 2011, y otra vez Doha en 2011. Desde aquella victoria en Indian Wells en 2012, apenas cinco encuentros: una eliminatoria de Copa Davis en 2013, dos partidos en Queens y otros dos en Basilea, ya en 2015. Hasta la explosión del oro en Río 2016.

Un merecido triunfo que convirtió a López en nueva estrella en el Centro Olímpico de Tenis. Dejó las celebraciones para otro día porque su amigo lo necesitaba antes de su gran semifinal en individuales. Juntos compartieron entrenamientos para que Nadal pusiera los músculos en marcha. Habían hecho historia juntos, pero quería que siguiera haciéndola en solitario.

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Ya en la grada, López se sorprendió cuando algunos aficionados le pedían fotos. Pero en cuanto el partido de Nadal comenzó, no dejó que nadie interrumpiera su función. Si en la pista fue ganar la mitad del oro, en la grada fue apoyar a su amigo y reconfortarlo en la derrota para que hoy levante el bronce.

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