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Kokichi Tsuburaya.
Suicidio por un oro para Japón

Suicidio por un oro para Japón

Presionado por el deber nacionalista, el fondista Kokichi Tsuburaya se cortó las venas cuando una lesión le impidió vengar la medalla de bronce Tokio 1964 a la que murió aferrado

Javier Bragado

Martes, 9 de agosto 2016, 18:23

«En caso de necesidad, ofreced vuestra vida al Estado y preservad así la prosperidad de nuestro trono imperial, tan antiguo como el cielo y la tierra», reza el sermón del Kyoiku chokugo, el Rescripto Imperial de 1891. En apenas 315 caracteres se concentra ... la educación que permite entender al pueblo japonés del siglo pasado y la salida del suicidio cuando no se cumplía con las tareas patrióticas en Japón. Después de su brusco cambio de su era medieval a la contemporánea la figura del emperador trató de fomentar la fidelidad a su causa unida al fervor nacionalista y desprecio al foráneo. Como en otras ocasiones y lugares los Juegos Olímpicos resultaron una excusa perfecta para impulsar las proclamas y Tokio 1964 se revelaron como la oportunidad perfecta. De hecho, los anfitriones fueron terceros en el medallero y pudieron lucir orgullosos su incorporación a las potencias mundiales gracias a que los deportistas locales cumplieron con su deber.

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