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J. Gómez Peña
Martes, 9 de agosto 2016, 07:37
La final de 200 metros estilos era la más cara en el programa de Mireia Belmonte. Por la mañana ya le costó pasar el corte de las series: hizo el decimoquinto tiempo. Por la noche quedó eliminada. Fue octava en su semifinal, muy lejos de ... la húngara Katinka Hosszu. Ahora, justo en el ecuador de su mastodóntico listado competitivo, le esperan las dos pruebas en las que subió al podio en Londres, dos platas en 200 mariposa y 800 metros libres.
¿Con qué sensaciones sale de la piscina?
Rara. Me he sentido rara, sin chispa. Es normal, no soy una velocista. Me costaba coger el ritmo de brazada. Pero me veo fuerte para las pruebas que vienen, que son las que mejor me van.
El 200 estilos era la prueba que menos se ajustaba a su perfil.
Todas son complicadas. El nivel es muy alto. Aquí todas van a tope desde la mañana. Nadie se guarda nada. Es normal. Son unos Juegos Olímpicos.
Ahora toca el 200 mariposa, una de sus platas en Londres.
Sí, en ella me siento muy cómoda nadando. Creo que puedo hacer un buen tiempo en la clasificación. Llego entera. Estoy bien, descansada. Confío en que me vaya bien. El primer día lo hice muy bien (ganó el bronce en 400 estilos) y hay que seguir así.
¿Puede rebajar su confianza haberse quedado fuera de la final de 200 estilos?
No, para nada. Me quedan dos pruebas y el relevo. Nunca me quedo ni con lo bueno que he hecho ni con lo malo. Sólo hay que pensar en nadar lo mejor posible al día siguiente.
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