Fátima Gálvez, contra la presión

Nadie cuestiona, por tanto, que la andaluza es este domingo una de las grandes favoritas en el campo de tiro del Parque Olímpico de Deodoro. Por calidad y por currículo. La duda, por supuesto, es cómo puede afectarle en la hora H del día D la presión de los Juegos, incomparable a la de cualquier otra competición. Gálvez necesita ofrecer la mejor versión de sí misma en una prueba muy abierta. Aunque no estará la alemana Katrin Quoos, la mujer que le arrebató el título mundial en Granada hace dos años, ni tampoco la rusa Elena Tkach, con la que tuvo que luchar al límite en Lonato en 2015 para proclamarse campeona del mundo, su lista de rivales es larga. Es inevitable referirse a la actual campeona olímpica, la italiana Jessica Rossi, o a la que lo fue en los Juegos de Pekín, la finlandesa Satu Makela-Nummela. También son peligrosas la coreana Yong-Hui Pak, bronce en el último mundial; la japonesa Yukie Nakayama; la libanesa Ray Bassil, invitada por la Federación tras ganar la Copa del Mundo de Nicosia; la estadounidense Corey Codgell; y la representante de San Marino, Alessandra Perilli, que aspira a dar a su país su la primera medalla olímpica de su historia.

La calificación comenzará a las dos de la tarde, hora española. Las seis mejores en los primeros 75 platos pasarán a la final, que se celebrará a las ocho. En ella dispararán a otros 15 platos, tres desde cada posición. Las dos mejores se jugarán el oro y la plata en un duelo mano a mano, también a 15 platos, los mismos que la tercera y la cuarta, que lucharán por el bronce. Gálvez debería estar entre ese grupo de escogidas, como lo estuvo en su misma especialidad, hace doce años, la bilbaína Maria Quintanal, plata en los Juegos de Atenas.