¿Influye la genética en el rendimiento de un baloncestista más allá de en su altura?

No conozco otro deporte como el baloncesto de élite donde existan tantas parejas de hermanos que hayan alcanzado el éxito. Un ejemplo son los hermanos Gasol pero hay muchos más. Willy y Juancho Hernángomez, Alfonso y Felipe Reyes, Fernando y Antonio Martín, Rudy y Marta Fernández…

¿Influye la genética en el rendimiento de un baloncestista más allá de en su altura? Se ha demostrado que hay 155 marcadores relacionados con el perfil de los deportistas de élite y que sus capacidades físicas podrían deberse a causas genéticas hasta en un 66% de los casos. También se han identificado genes concretos responsables de la explosividad, la resistencia o la potencia muscular. Incluso la genética está asociada al ritmo al que los deportistas se recuperan de sus lesiones.

Pero el que una persona tenga un único gen relacionado con el rendimiento deportivo no implica que vaya a ser un gran deportista. Afecta también el resto de genes, la epigenética (ciencia que establece la relación entre los genes y la alimentación, el alcohol, el tabaco…), factores sociales (estatus económico, ambiente familiar…) y, por supuesto, la calidad del deportista y las horas y tipo de entrenamiento.

Todos estos factores brillaron en la edad de oro del baloncesto masculino español… y ahora lo hacen en la del femenino. Pero para seguir sumando medallas a su palmarés nuestras chicas tendrán en Tokio que recuperarse del fuerte mazazo que recibieron en el pasado Campeonato de Europa. La selección española fue eliminada por Serbia en la prórroga después de que Cristina Ouviña fallara un tiro libre en el último segundo del tiempo reglamentario que nos hubiera dado la victoria. ¿Existe la fórmula científica del tiro libre perfecto?

Tras observar atónitos como Chris Dudley batió el record de la NBA de tiros libres fallados en un mismo partido, dos investigadores de la Universidad de Carolina del Norte se lanzaron a la búsqueda de la fórmula científica exacta para que esto no volviera a ocurrir. Gracias al análisis informático de miles de lanzamientos y al Big Data, estos investigadores dieron con las claves biomecánicas del tiro libre ideal. Aquí van:

El lanzador debe apuntar siempre a la parte del soporte que une el aro con el tablero porque, si el tiro no es perfecto, es más fácil que el balón «entre». En el lanzamiento que falló Ouviña el balón toco la canasta por la zona anterior.

El balón debe encontrarse a 2.10 metros del suelo cuando salga de las manos del lanzador. Por eso según la altura que tenga el jugador elevará más o menos las manos en el momento de lanzar.

El balón debe tardar un segundo en llegar a la canasta. En ese tiempo debe dar tres vueltas enteras sobre sí mismo, es decir, la frecuencia del giro del balón debe de ser de tres hercios por segundo.

El ángulo de salida del balón debe ser de 52 grados.

En su trayectoria hacia el aro el balón no debe superar los 3,95 metros de altura que es la distancia que hay desde el suelo hasta la parte más alta del tablero.

Como podrán imaginar no solo los parámetros biomecánicos influyen en el éxito de un lanzamiento. Si fuese así, un vez conocida la teoría todos los tiros libres se encestarían y esto no ocurre ni en la NBA, donde el promedio de acierto no supera el 70%. ¿Qué otro factor afecta? La presión psicológica, por eso es tan importante la presencia en los equipos de psicólogos deportivos.

Estimados lectores, disfruten estos JJOO de la emoción de un partido de baloncesto pero cuando vean a los hermanos Gasol peleando con los rivales o a las jugadoras de la sección femenina lanzar un tiro libre acuérdense que hay mucha ciencia detrás de cada acción.