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Su padre tocaba el clarinete y su madre el violín. Se conocieron en un conservatorio inglés. Difícil que así Iris Tió (Barcelona, 2002) no les saliera bailonga y con buen oído musical. La reina de la sincronizada española, sustituta natural de Ona Carbonell, retirada tras ... su segunda maternidad, y admiradora de Gemma Mengual y Andrea Fuentes, el tridente dorado de la 'sincro' que llevó al deporte español ocho medallas en tres Juegos Olímpicos, lleva el flow en los genes. Su abuela además ha sido compositora de música contemporánea. La joven catalana sueña con traerse de París, en los que serán sus segundos Juegos, alguna presea como las tres logradas en el Mundial de Fukuoka y las dos del campeonato universal celebrado este año en Doha.
A sus veintiún años y con sus 173 centímetros de altura lidera con galones al equipo español como referente en solo y en dúo, una década después de estrenarse como plancton en el Palau Sant Jordi de Barcelona, en la ceremonia inaugural del Mundial 2013. «Oigo música desde que estaba en la barriga de mi madre, especialmente la clásica, y la sincronizada une mis tres grandes pasiones junto el baile y el agua», explica a este periódico esta estudiante de Comunicación, que entrena durísimo en el CAR de Sant Cugat y forma dúo con Alisa Ozhogina.
Iris fue cautivada por los movimientos de Gemma Mengual en la piscina cuando la vio con apenas seis años. «La vi en una competición (Mundial de Roma 2009) y dije ¡wow! quiero hacer esto. Me encanta». «Es una mezcla entre Fuentes, Mengual y Carbonell», indica sobre ella la japonesa Mayuko Fujiki, seleccionadora nacional de natación sincronizada. «Será la bomba. Cuando la vi por primera vez me di cuenta de que es lo mejor que España ha tenido. Tiene un feeling con la música brutal y el cuerpo es casi perfecto y eso que aún no está trabajada. Es un amor, hay que cuidarla. Es un diamante», elogió hace un lustro la ahora seleccionadora de Estados Unidos de natación artística Andrea Fuentes.
«Me motivan muchísimo sus palabras, y me dan ganas de seguir entrenando para dar lo máximo. Todas ellas tienen cosas muy buenas para que yo pueda aprender, son un orgullo para mí y poder seguir el camino que ellas abrieron en España», cuenta la deportista a unos días de que comience su andadura en el Centro Acuático de Saint-Denis. Tiene una cualidad que resaltar de cada una de ellas: «De Gemma su creatividad, de Andrea su carácter luchador y originalidad dentro del agua; y de Ona, que ha estado conmigo en el equipo, su profesionalidad y compañerismo».
Su evolución en este ciclo olímpico ha sido contundente y, por eso, ahora se ve más posible la opción de la medalla olímpica. «Nuestro objetivo es luchar por estar lo más alto posible y mejorar las puntuaciones respecto al último Mundial, mostrar la mejor imagen del equipo y las coreografías muy trabajadas que llevaremos. Tenemos ganas de ver el resultado de todo el esfuerzo en los Juegos, las medalla serían la recompensa a muchos meses de duro trabajo», apunta Tió, que ha interpretado en competiciones coreografías con música en la que ha participado su propia madre.
«Positiva porque todo lo encaro lo mejor posible; y trabajadora, porque me encanta aprovechar cada minuto del entrenamiento para sacar lo mejor de mí misma», responde cuando se le pide que se defina. A diferencia de los Mundiales, donde se tiró al agua 12 veces, en el programa olímpico el desgaste físico es menor, por lo que Iris reconoce que estará «más concentrada» y podrá dar «el 100%» en todas las pruebas. «Con el nuevo reglamento se da valor a las acrobacias y los equipos hacemos más trabajo de gimnasio, muchas pesas, sobre todo trabajo específico para rendir al máximo en el agua, con movimientos explosivos», indica la deportista, que añade que sigue una dieta muy sana, con mediciones habituales de grasa y que destaca la importancia del descanso para un óptimo rendimiento.
La joven nadadora apunta que hacer un trabajo mental, algo que dejó de ser un tabú hace mucho tiempo para los deportitas de élite, es una parte igual de importante que la física. «Me va muy bien visualizar la competición para verme a mí misma en la piscina. Lo hacemos días antes y el mismo día para imaginarnos cómo será todo». Iris cuenta que tiene una psicóloga de equipo, Gloria Balagué, pionera en su campo, y que ayudó a estrellas estadounidenses como Carl Lewis y Mike Powell. «Además tengo una psicóloga individual que me ayuda mucho a gestionar la presión y los nervios antes y después de salir del agua».
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