Jenni Hermoso no olvidará fácilmente este día en su carrera deportiva. En el último partido de la fase de grupos de los Juegos Olímpicos, la madrileña estrenaba titularidad olímpica en el combinado español. En ninguno de los partidos anteriores había formado parte del equipo titular. ... Contra Japón disputó apenas 29 minutos; contra Nigeria, directamente no jugó ni un minuto.
La alineación de España, que ya saltaba al campo clasificada para cuartos de final, fue algo atípica, digamos. La seleccionadora, con buen criterio, rotó a las jugadoras de medio campo para arriba. Alexia, Aitana, Salma y Mariona son, desde hace ya unos cuantos partidos, la guarda pretoriana de Tomé, algo opinable, pero no discutible. El marcador está a su favor. Lo que no puede frenar Tomé, ni con los resultados en la mano, es el incesante runrún que hay alrededor de la selección por las suplencias de Jenni. Teniendo la clasificación conseguida al margen del resultado contra Brasil, todo hacía indicar, tal y como ha sucedido, que la de Carabanchel fuera titular.
Justo es decir que la primera parte de la selección española fue tirando a floja, de lenta circulación de balón, con poca verticalidad y con un centro del campo más bien atascado. Jenni, en particular, recibía muy lejos de la portería, un lugar que se le resiste, porque donde ella es realmente incisiva y peligrosa es cerca de la portería. No en vano es la máxima goleadora de selección y su nombre está asociado casi matemáticamente al gol.
En el minuto 58, con la selección española colapsada, Jenni Hermoso y Patri Guijarro eran sustituidas por Aitana y Alexia. Sea o no casualidad, lo cierto es que anotamos otro partido más en el que Alexia no coincide en el campo con su íntima amiga Jenni. Otra cosa no será, pero Jenni Hermoso, transparente es un rato, y el cambio, cuando menos, la dejó fuera de juego. Su cara, sus gestos y sus expresiones entre el malestar, la rabia y la sorpresa, dejaban clara su postura. Por si fuera poco, hasta le soltó una patada a un objeto del banquillo. Tal como declaró posteriormente a los micrófonos de la Cope, el enfado no era por su flojo rendimiento en el terreno de juego. «Estoy perfectamente, sigo siendo la misma jugadora que el mes pasado o hace tres días (...). Hay cosas que no tienen respuesta y ahora tengo un rol diferente. Aceptándolo o no, es lo que me toca».
Busquemos repuestas: la realidad es que la temporada de la madrileña en el Tigres de la UANL de la Primera División Femenil en México no ha sido todo lo buena que cabría esperar a nivel individual. Quizá tenga que buscar por esa zona la causa de la decisión de Tomé. Y por eso su rol en la selección, hoy por hoy, es otro. Lo inteligente es reconocerlo, asumirlo y emplearse a fondo para recuperar la titularidad.
En cualquier caso, la seleccionadora tiene un plan trazado. Y podemos estar de acuerdo con él o no. Yo, particularmente, no lo estoy. Hay que aceptar que hay cosas que se pueden mejorar y cosas que se pueden decidir (bien o mal), pero lo que no se puede aceptar es el comportamiento de Jenni tras su sustitución y mucho menos las declaraciones que ha dado justo después. Sinceramente, no creo que ayuden. Conseguir que Montse Tomé decida cambiar o no a las jugadoras que hasta ahora están siendo titulares, no lo vamos a conseguir a base de pataletas. Las jugadoras, profesionales y muy experimentadas como son, tienen que ser las primeras en respetar las decisiones de la entrenadora. Después ya vendrá el repaso de quien corresponda si el objetivo no se consigue. Pero la que manda, hoy, es ella y a ella se le pedirán explicaciones en caso de hacer falta.
Si la idea de Montse Tomé es que Jenni cumpla un rol secundario en este equipo desde el punto de vista de la titularidad, hay que aceptarlo. De momento, los resultados la avalan. Sea por lo que sea: por la calidad individual de las jugadoras, por ejemplo, pero ahí están las tres (de tres) victorias.
Eso sí: la cara desencajada de Montse y su sorprendente comportamiento nervioso en la banda en un partido dominado totalmente, contra 10 jugadoras, y con la clasificación conseguida, hacen indicar tres días muy, muy tensos en la concentración de la selección española.
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