Alguien copió a Induráin, alguien copiará a Simone Biles
Jon Iriberri
Sábado, 3 de agosto 2024, 15:34
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Jon Iriberri
Sábado, 3 de agosto 2024, 15:34
La propuesta Galdwell de las 10.000 horas para poder ser un experto en algo, referida a ámbitos laborales e industriales, tiene un reflejo curioso en el mundo del deporte. Implicaría que durante más de 10 años de forma impenitente y fallando pocos días te ... has dedicado más de 3 horas a ese deporte. Y lo cierto es que las carreras olímpicas son muy próximas a estos guarismos. El valor medio que les ofrezco, como no puede ser de otra manera, tiene excepciones: Maialen Chourraut, cuádruple deportista olímpica, tiene casi el triple de dedicación que la que expongo, pero no es menos cierto que ella ha pasado de la categoría de experta a otra de mayor rango que luego expondré. Los ejemplos de precocidad extrema de los participantes de skate, muchos de ellos menores de edad, prácticamente no han tenido tiempo material para acreditar el título de experto en su deporte que hemos descrito podría ser necesitarlo para acceder al olimpo. Tampoco están tan lejos y la modalidad esta aun en desarrollo.
El concepto de experto en tu deporte me parece muy apropiado para decodificar un deportista olímpico: persona que atesora los conocimientos teóricos y las competencias técnicas basados en su experiencia acreditada y es capaz de aplicarlos con elevada destreza en cualquier entorno. Esto explica por qué usted y yo no estamos en los 100 metros lisos. La pregunta que me hacía posteriormente era ¿Si todos los olímpicos son expertos acreditados, como distinguimos a los mejores? Se abre una nueva dimensión: los virtuosos. El virtuoso es un experto que conoce todas las posibles opciones de solución del reto y elige siempre la mejor. Con permiso de los antropólogos, es la selección natural del sapiens sobre el neandertal. Los virtuosos alcanzan puestos destacados en la clasificación por su mayor destreza selectiva. Tirando del hilo seguí pensado: Bien, pero alguien deberá ganar e imponerse a todos los demás virtuosos, es la clave de bóveda del deporte. Y entramos en la última dimensión: el genio. Obviamente atesora las características del experto, pero supera a los virtuosos por una sutil diferencia: la ejecución es perfecta y como nunca nadie antes lo hizo. Y esto es una gran realidad: Alguien copiará a Simone Biles, que estará obligada a reinventarse. Alguien copió y mejoro a Indurain. Y para que esto no nos aburra nunca, ojalá que siga habiendo campeonas y campeones que demuestren que se puede dar una vuelta de tuerca mas a su disciplina, que las cosas se puede hacer aún mejor o de otra manera. En definitiva, es lo que da sentido a la evolución y progreso del deporte y lo que más entretiene a los aficionados.
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