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Igor Barcia
Enviado especial a París
Sábado, 27 de julio 2024, 01:08
El inicio de los Juegos de la XXXIII Olimpiada trae una pregunta unida al comienzo de una de las competiciones estrella del programa. ¿Será capaz Estados Unidos de retener su tradicional hegemonía en natación? Tras décadas de superioridad en el medallero, sólo con el doble ... paréntesis de Moscú'80 (el país no acudió por boicot a la URSS) y Seúl'88 (donde la extinta RDA se exhibió en su última participación olímpica), la piscina de La Defense Arena abre un escenario inédito. El crecimiento de nadadores de Australia, Canadá, Francia, Rumanía e incluso del polémico equipo chino colocan a Estados Unidos en una posición de fragilidad muy pocas veces evidenciada. Es la continuidad de lo sucedido hace tres años en Tokio, donde la natación estadounidense aguantó el pulso de las nadadoras australianas gracias a la aportación de una vieja guardia que a París llega mermada y con la necesidad de relevos a los que les cuesta dar el salto.
Caeleb Dressel y Katie Ledecky, multicampeones en la última década, llegan a los Juegos lejos de sus mejores días, pero todavía dispuestos a sumar nuevos metales a su palmarés y al de su país. En el caso del primero, fue la gran estrella de Tokio al ganar cinco oros, pero después llegaron en 2022 los problemas mentales que le llevaron a desaparecer de la competición durante ocho meses. Siempre a la sombra de Michael Phelps, Dressel regresó a tiempo para recuperar su nivel y clasificarse para París en tres disciplinas: 50 metros libre, 100 metros mariposa y 4x100 metros libre.
Ledecky, por su parte, tiene claro el objetivo, alcanzar a la gimnasta soviética Larisa Latynina, que es la deportista olímpica más laureada con nueve oros. Ledecky tiene siete y parte como favorita en 800 y 1.500 metros. Para alcanzar la decena de oros tiene dos opciones, o que Estados Unidos de la sorpresa y gane el 4×200 metros libre a Australia, o ganar los 400 metros libre, donde la australiana Ariarne Titmus y la canadiense Summer McIntosh son sus principales contendientes en una de las pruebas estrella de la piscina de Nanterre.
Estas dos nadadoras lideran la alternativa a la natación estadounidense. Titmus forma parte de ese extraordinario equipo australiano que en Tokio sumó nueve oros, tres platas y nueve bronces. Kaylee McKeown, Samuel Short, Eliajh Winnigton, Zac Stubblety-Cook, Kyle Chalmers... serán algunos de los protagonistas en París. Lo mismo que la joven estrella canadiense McIntosh o el talento David Popovici. El rumano ha regresado tras un periodo complicado y apunta a ser uno de los protagonistas de los Juegos, lo mismo que el ídolo local Leon Marchand.
Ellos y otros grandes nombres de la natación tratarán de centrar las pruebas en el plano deportivo después de que en los días previos las aguas de la piscina hayan estado revueltas por temas de dopaje. 23 nadadores chinos que dieron positivo hace tres años en trimetazidina, 11 de los cuales competirán a partir de hoy en La Défense Arena, un hecho que llevó a Katie Ledecky a alzar la voz y desear que «todos aquí (en París) compitan limpiamente esta semana. Pero lo que también es realmente importante es: ¿entrenaron limpiamente? Esperemos que así haya sido. Esperamos que incluso se hayan realizado pruebas en todo el mundo. Creo que todo el mundo ha oído lo que piensan los deportistas. Quieren transparencia», pidió la siete veces campeona olímpica.
La rueda de prensa previa fue tan tensa que el presidente de World Aquatics, Husain Al-Musallam, y su director ejecutivo, Brent Nowicki, tuvieron que sortear las críticas como buenamente pudieron, pero la duda y la sombra del dopaje se mantiene porque los nadadores consideran que desde el estamento internacional no se ha hecho nada para confirmar o no la limpieza de los nadadores chinos.
Después de que Mireia Belmonte diera protagonismo a la natación española y la llevara a lo más alto del podio en los Juegos de Río, ahora es el momento de que Hugo González tome el testigo en París. El balear reconoció en la rueda de prensa previa que pese a su condición de aspirante a medalla con la que afrontará la final de los 200 espalda, no siente ninguna presión añadida. «No hay presión, estamos en la cita más importante del deporte para tratar de dar lo mejor por tu país y por tu equipo, pero las pruebas son las mismas, la piscina mide 50 metros y la carrera van a durar más o menos lo mismo, si que no hay presión, es sólo pasión», señaló González.
El balear, vigente campeón del mundo de 200 metros espalda, señaló como una ventaja el hecho de que dos de sus máximos rivales por la medalla de oro, los estadounidenses Ryan Murphy y Keaton Jones, sean sus compañeros de entrenamiento en la Universidad de California. «Son con la gente que convivo todos los días, a la que conozco perfectamente porque entrenamos juntos cada mañana, cada tarde, en el gimnasio, y eso lo hace todo más fácil, porque sabes que son gente que ha estado haciendo lo mismo que tu», explicó González.
En París quiere dejarse ver Carlos Garach, doble campeón del mundo junior. El granadino tiene 19 años, es la gran promesa de la natación masculina española y va a competir en los 800, los 1500, el relevo 4x200 libre y en los 10 kilómetros de aguas abiertas. Y en categoría femenina buscará su sitio Carmen Weiler, una valenciana criada en Singapur, que con 19 años tiene ya el récord de España en 100 espalda y participará en los 200.
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