Mireia se clasifica para la final de 400 estilos

Mireia nadó en la última de las tres series, la más fuerte de todas, y acabó en tercer lugar por detrás de la americana Emma Weyant, que se impuso con autoridad, y de la británica Aimee Wilmott. Se permitió, no obstante, el alarde de superar en la última brazada a la gran dominadora de la categoría en los últimos años, la húngara Katrina Hosszu. La abanderada española paró el crono en 4:35.88, lejos de su mejor marca, pero suficiente para pasar a la final -su objetivo más realista- y para recobrar buenas sensaciones en la piscina, después de tanto tiempo sin competir a alto nivel. Aunque pasa a la final con el cuarto mejor tiempo de todas las competidoras, las medallas parecen un deseo lejano. Habrá que comprobar, no obstante, si la aparente fragilidad de la húngara Hosszu es síntoma de baja forma o puro cálculo conservador para ahorrar energías a pocas horas de disputar la final. En cualquier caso, Mireia ha vuelto dejar una muestra relevante de su carácter competidor, con lo que al menos deja abierto un resquicio para que el madrugón de los aficionados merezca mañana la pena.

No será esta la última prueba que nade Mireia en Tokio. Para esconder sus debilidades físicas, la nadadora catalana ha escogido las distancias más largas y menos explosivas, así que competirá también en los 1.500 y en los 800 metros.