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A Juan Antonio 'Chiki' Pérez (Ciudad Real, 1988) el sueño olímpico le ha dado un disgusto mayúsculo. Todo su esfuerzo por estar presente en Tokio murió hace un mes en la orilla, muy cerca del éxito, al no lograr una plaza en Tokio. Pero ahora, ... al ver la lista de salida de la final de 10.000 metros que se disputa mañana, ha confirmado sus peores temores. «Podía y debía haber estado en esa final», lamenta el fondista desde su domicilio. En lugar de los 27 atletas previstos correrán 25, quedando dos plazas sin cubrir, y una de ellas podía haber tenido su nombre.
Para entender su frustración, su enfado, primero hay que explicar el sistema de clasificación para los Juegos, algo nada sencillo. Por un lado estaban las mínimas, la mayoría de ellas complejas de alcanzar, lo que abría la puerta a una clasificación donde un determinado número de atletas lograrían su acceso por esta segunda via. Se trataba de competir, sumar puntos según las marcas y la entidad de las pruebas, y a un mes vista de los Juegos, tratar de estar dentro del corte. El caso es que Chiki Pérez batalló para colarse entre los 27 atletas que estarían en la final directa de 10.000 metros y su esfuerzo le dejó muy cerca, pero no lo suficiente. «Quedé el 29, por detrás de un japonés», recuerda el pupilo de Pepe Mareca, entrenador de Zaragoza a donde Chiki se trasladó en 2018 para formar parte del mismo grupo que Carlos Mayo y Toni Abadía.
Pero para entonces Chiki Pérez ya andaba preocupado. Algo no andaba bien. «Me tomé la molestia de llamar a la mayoría de los corredores que se habían clasificado, porque sabía que algunos estaban en dos pruebas y tenía el miedo de que renunciaran al 10.000 y no se corriera la plaza», explica el manchego, que confirmó al menos un caso, el del belga Bashir Abdi. «Me dijo que no iba a correr el diez, que iba a participar en el maratón, así que hace ya más de un mes que le dije a la Federación Española lo que pasaba, y que podía suceder en algún caso más». La respuesta no fue la que el fondista esperaba. «Me dijeron que no estaba en sus manos, que no podían hacer nada», lamenta Chiki.
El segundo ausente es el marroquí Zouhair Talbi, también inscrito en el 5.000. Sin embargo el caso de Talbi tiene que ver con un error de la federación de su país. Marruecos está dentro de la categoría de 'alto riesgo' en materia antidopaje, por lo que los atletas deben pasar tres controles en los diez meses previos a un gran campeonato. Como Talbi hizo la mínima dos meses antes de los Juegos, solo pasó uno, con lo cual la Federación marroquí sabía que su atleta no iba a tener oportunidad de correr, como así ha sucedido, al recibir la negativa de la Unidad de Integridad del Atletismo.
Es definitiva, dos plazas «que si se llegan a correr en su momento para los siguientes de la lista, serían para el atleta japonés Kazuki Tamura y para mí». Porque Pérez se apoya en otro argumento de peso para justificar su enfado. «Las Federaciones de cada país estaban obligadas el 29 de junio, cuando se cerró el ránking, a comunicar las bajas o renuncias, de aquellos atletas o bien que estaban lesionados y pese a estar dentro no podrían competir, o de atletas con más de una mínima pero que se iban a centrar solo en una prueba».
Pero el caso es que ni Bélgica ni Marruecos dieron ese paso en el caso de sus atletas de 10.000 metros, con lo cual la lista definitiva se cerró en los 27 previstos, con Talbi y Abdi incluidos, y Chiki Pérez sin Juegos sabiendo que la final de mañana no iba a llenar sus plazas, como así ha ocurrido. «Han jugado con mi sueño olímpico. Ha sido muy duro este mes sabiendo lo que pasaba y sin tener posibilidad de solucionarlo», protesta Pérez, que reconoce que «he llorado todo lo que tenía que llorar porque estar en Tokio era mi gran ilusión deportiva. ¿Con qué espíritu salgo yo a entrenar mañana sabiendo que es la final de 10.000 metros y yo podía haber estado en ella?», se pregunta.
«Es una situación que puede hacer mucho daño. Yo he protestado y he sacado lo que tengo dentro, pero otro atleta se puede venir abajo viendo que se esfuma su meta de esta manera», declara el fondista manchego, para quien estar en la prueba de mañana junto a su compañero de entrenamientos Carlos Mayo hubiera sido la mejor recompensa a su trabajo. Pero no ha sido posible. Mientras Mayo esté dando las 25 vueltas al Estadio Olímpico, Chiki se conformará con animarle desde su casa, a miles de kilómetros del sueño olímpico de Tokio 2020.
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